SOCIALISMO EN CHILE: UNA HISTORIA COMPLEJA

 

por el prof. Pedro Godoy P.

Centro de Estudios Chilenos CEDECH

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A diferencia del PS de Argentina el chileno es menos antiguo. No nace en un cenáculo académico, sino en los cuarteles. Es fruto -principalmente- de la inquietud de círculos castrenses entre los años 20 y 30. Ya en 1932 oficiales de la bisoña Fuerza Aérea y del Ejército cifran su esperanza en un socialismo no marxista y manifiestamente iberoamericanizante. Hay, desde luego, influjo de la juventud estudiantil de entonces que a su vez, doctrinalmente, es producto del grito de Córdoba de 1918 y del APRA organizada en México por Haya de la Torre. Aquel año -específicamente el 4 de junio- un cuartelazo tumba al civilista régimen de Juan Esteban Montero. Ofíciales de ambas armas ocupan La Moneda. Renuncia ese mandatario y su cabecilla Marmaduque Grove proclama "la república socialista de los trabajadores de Chile". Mientras tanto aviones de guerra lanzan sobre la Capital octavillas invitando a sumarse a un nuevo gobierno "distante del capitalismo internacional y de la Rusia soviética". El experimento -del cual intenta aprovecharse el PC-  en su versión "grovista" dura 2 semanas, aunque el sui generis socialismo militar se extiende por algo más de dos meses. Luego vendrá un restauración oligárquica que personifica el otrora populista Arturo Alessandri Palma, como se sabe, apodado "León de Tarapacá".

 

Entre otros, el coronel Grove, el Dr. Eugenio Matte Hurtado y el Prof. Eugenio González poco después, en 1933, fundan el PS. Intenta al comienzo permanecer fiel a ese III camino expresado el 4 de junio. Sin embargo, cae en el juego frentepopulista y contribuye a elegir Presidente de la República en 1938 a Pedro Aguirre Cerda quien es conspicuo integrante del Partido Radical. De allí en adelante conocerá todo tipo de escisiones y flaquezas. No obstante, pugna por conservar su fisonomía propia ante el PC. Por ejemplo será un implacable crítico del modelo soviético y de la tiranía de Stalin. Opondrá a la Sociedad de Amigos de la Unión Soviética  que impulsa el PC, la Sociedad Amigos de México que entonces vive la fase álgida de su revolución. Se inspira en el  aprismo tanto así que su emblema e himno son adaptaciones de las utilizadas por esa colectividad de origen peruano. Junto con ello repudia la II Internacional y, por cierto, la III. Es frecuente en las arengas de sus líderes aquello de "Nuestro socialismo carece de Vaticanos". Algo después adhiere a Tito como representante de un comunismo patriótico y autogestionario.

 

1952 lo sorprende dividido entre una fracción denominada PS Popular que encabeza  Raúl Ampuero. Esta decide apoyar al general Carlos Ibáñez quien es estimado un “sanguinario dictador” defenestrado en 1931. El ibañismo se torna oceánico triunfando en las urnas por abrumadora mayoría. El contexto conosureño es favorable para el nuevo jefe del Estado. Perón está en la Casa Rosada, Vargas en la Presidencia de Brasil y una revolución movimientista victoriosa se impone en Bolivia. Es el momento de oro del ABC y el proyecto sanmartiniano está a punto de cuajar. No obstante, el repliegue de Getulio y su posterior suicidio, luego el triunfo de la contrarrevolución de 1955 en Argentina y cierto congelamiento del proceso boliviano generan el aislamiento de Ibáñez. Sin por cierto eximirlo de ausencia de audacia y de temores ante demoentreguistas de izquierda y de derecha. El otro segmento del socialismo –PS de Chile- se asocia al PC en el Frente del Pueblo levantando la I candidatura presidencial de Salvador Allende. Comienza allí un maridaje que se extiende hasta 1973. Mientras el componente nacionalrevolucionario lo representa el PSP el futuro líder de la UP es un socialdemócrata afiliado a esa "izquierda democrática" que encabezan Figueres y Betancourt . 

 

Tal proceso explica en lo sustantivo un ibañismo que se congela y la salida de La Moneda del PSP que, como se anotara, encabezan -entre otros Ampuero, Almeya, Aniceto Rodríguez y Felipe Herrera. De allí en adelante en la postulación II y III de Salvador Allende el socialismo diluye, poco a poco, su identidad criolla, es decir, aquella equivalente a la IN, para aceptar un esclerótico marxismo proveniente del gravitación del PC y -desde 1961- de La Habana. Experimenta la penetración de los servicios de inteligencia de la Isla quienes lo manipulan hipnotizándolo en lo ideológico y en lo táctico. Este influjo se torna ya aplastante desde 1970 al convertirse Allende, con su IV candidatura,  en Presidente. La tendencia grovista ingresa al freezer. Si algo al comienzo separa al PS del PC es que aquel -a diferencia de este por influjo cubano- cree que ha llegado "la hora de los fierros", es decir, del autogolpe. Al final, en esa aventura se embarcan también a otros sectores incluyendo el PC hasta ese instante renuente a una solución de fuerza. Tal estrategia la maneja -en la trastienda- el MIR. La ensoñación castrocomunista es tan potente que líderes del socialismo no solo preparan en la clandestinidad a los afiliados para la confrontación armada, sino que en lo político proclaman como urgente la fusión con el PC lo cual genera pánico por el temor a un Partido Unico.

 

Viene el golpe y el régimen que los uniformados creyeron resistiría 7 semanas se desmorona en 7 horas. Los tremebundos castristas del PS -ya completamente ajenos al  legado del 4 de junio y a la tesis de Grove- huyen como ratas. Peor que eso,  quedan a la intemperie los afiliados provincianos o que son del estado llano.  Los militares los atrapan sin mayor esfuerzo. Se les responsabiliza de la altanería guerrillerista de esos "comandantes" de pacotilla y de los errores perpetrados por la coalición de gobierno representada por Allende. Han comenzado los 17 años de predominio castrense en un país que se jactara de disponer de FFAA apolíticas y ajenas a cuartelazos. En el exilio el PS se escinde en dos. El MDP protegido por Moscú y otro financiado por la socialdemocracia europea. El escenario es Europa. En el denominado exilio interior el académico Jorge Barría -futuro confundador de CEDECH- intenta, en medio del terror pinochetista y de la precariedad financiera, generar el III camino fundando la Nueva Acción Pública NEP que rescata la semilla grovista, pero es rebasado. Se intenta obtener apoyo del APRA y no se logra y Argentina imposible recurrir al peronismo por la "guerra sucia". Al producirse la perestroika pinochetista que anticipa el plebiscito del "SI" y el "NO" se imponen los dos grupos que provienen del exilio europeo.

 

Al derrumbarse la URSS y las democracias populares  se unifican los protegidos de Moscú y de Pankow  con los mimados del socialismo mediterráneo en los cuales hace cabeza Mitterrand. Ya en ese momento es arrasador el influjo eurosocialdemocrata. Tanto así que el  congreso de los diversos grupos socialistas -los que regresan del destierro y los del exilio interior- aprueban, entre gallos y medianoche, la afiliación del renovado PS a la II Internacional o Internacional Socialista antaño repudiada como "reformista" y "amarilla". La tendencia nacional queda disuelta entre exmarxistas sovietólatras, jubilados guerrilleros habaneros y prósperos funcionarios de la socialdemocracia europea. Estos son los que llevan el pandero y no sólo por el auxilio financiero del Viejo Mundo y por la desaparición de la Unión Soviética, sino por el marchitamiento de la Revolución Cubana y, sobretodo, por la victoria de la Concertación. Este es un conglomerado que excluye al PC se hace gobierno por tres periodos. Lagos y Bachelet son la expresión más típica de este socialismo que denominan "renovado" y sus adversarios "repodrido" que es socialdemócrata a la europea, neoliberal y pronorteamericana.

 

El grovismo que intenta rescatar Barría y luego -a partir de 1982- el CEDECH operando como ganglio académico acorde con la escuela fundada por Ramos y Spilimbergo no consigue una injerencia exitosa. Rublos y euros son lubricante eficaces y el diario El Mercurio -seguramente por sugerencia de la CIA- da importancia a las otras dos tendencias. No obstante, nace otro esfuerzo: lo lidera Jorge Soria Quiroga, electo alcalde de Iquique. Este personaje inicia el montaje de una tendencia de IN –que hemos bautizado indistintamente “grovista” o “nacional”- al interior del PS. Maniobras y contramaniobras lo extravian.  Hoy tal tendencia al interior del PS es un dato histórico. La aceptación del vasallaje a EEUU se manifiesta en el TLC, el bilingüismo en la estructura escolar, la adhesión a la doctrina "la guerra preventiva" que enarbola el Pentágono. La fobia al bolivarismo se expresa en el desdén por el MERCOSUR y la demencia armamentista, en la negativa de desenclaustrar a Bolivia y el pleito con Perú por el límite oceánico, en condenar a Cuba por la violación de los DDHH sin insistir que Washington también los vulnera con el embargo. En lo interno aplicar el modelo neoliberal que supone el capitalismo salvaje y el deterioro del paisaje. En síntesis, por ahora Grove y el 4 de junio de 1932 son sólo testimonios que pueden  aportar a la resurrección de la IN de Chile.