LA NEGACIÓN DEL GENOCIDIO PALESTINO por Walter Romero "no
hay peor sordo que aquel que no quiere oir" Después de publicar, en el día de ayer, el video donde se muestra en forma clara y contundente, el genocidio llevado a cabo por el Estado terrorista de Israel contra la población palestina, llegaron hasta nuestra redacción algunos emails donde se niega, categóricamente, que haya un genocidio contra dicho pueblo. Y que, en realidad, el ejército de Israel no ataca a los palestinos. Y que todo no es más que un montaje "hollywoodiano". Todas mentiras inventadas para desacreditar a Israel. Uno de esos emails que recibimos dice, entre otras cosas que los palestinos muertos es por causa de los propios "fusiles palestinos". Que es todo una "superproducción cinematográfica" y que no existen "certificados de los hechos" ni "peritos confiables" que demuestren que se masacra palestinos. Que todo no pasa de "basura nazi" o "falsificación de la historia" por parte de los palestinos. Amigos de Israel, por lo visto para
ustedes no existe genocidio del pueblo palestino, no existen hombres,
mujeres y niños desarmados siendo masacrados por el ejército de Israel,
no existen bloqueos criminales de productos de primera necesidad, no
existe ejército de Israel realizando bombardeos “selectivos” (que
matan a cualquiera) sobre tierras palestinas, no existen 4 millones de
palestinos refugiados desde hace 60 anos. Tampoco existen, además del
palestino, el genocidio del pueblo armenio, del pueblo camboyano, del
pueblo ruso a mano de Stalin, del genocidio del pueblo africano, del
genocidio de los pueblo indígenas de América del Norte y de Latinoamérica,
del genocidio de los musulmanes de Bosnia, del genocidio contra el pueblo
vietnamita (casi un millón de muertos a manos del ejercito
estadounidense), etc, etc, etc... Resumiendo,
no existe un pueblo (el palestino) que realmente está sufriendo y el único
genocidio es el del pueblo judío a mano de los nazis. Amiga
Cristina, los muertos del lado palestino no son por culpa –como usted
afirma en su email- de “fusiles palestinos”. Los fusiles asesinos son
los israelíes. Y esto se ve por televisión, en vivo y en directo para
todo el mundo, todos los días. No
es, también como usted afirma, una “superproducción”
realizada en “Hollywood”. En dicho lugar los únicos que pueden
realizar películas son aquellos que pertenecen al “pueblo elegido”. Y
esos, no son precisamente los palestinos.
Las “producciones cinematográficas” (como usted agrega en su
email) realizadas por el
“elegido” Steven Spielberg son únicamente para mostrarnos el supuesto
genocidio del pueblo judío a manos de los malos “nazis”. Jamás una
película, aunque sea un cortometraje, de la masacre del pueblo palestino
o de otro pueblo que no sea el “elegido”.
Tampoco
se necesitan (como usted finalmente afirma) de “certificados de los
hechos” ni de “peritos confiables” para verificar la masacre del
pueblo palestino a manos de las fuerzas asesinas del ejercito de Israel. Amigos
de Israel, pueblos y gobiernos que antes simpatizaban con ustedes, o que
por lo menos se mantenían neutrales, están abriendo los ojos y ahora los
observa a ustedes de forma diferente. La población mundial ya no se deja
“engrupir” con películas de Spielberg y otras hollywoodianas
producciones. La gente ya sabe separar la paja del trigo. La
única verdad es la realidad. Y esa realidad se ve TODOS LOS DIAS en
VIVO
Y EN DIRECTO por todos los medios de información. Cuál es esa realidad? La realidad nos dice que desde hace 60 años, un pueblo, el
palestino, es violado, encarcelado, torturado, asesinado y expulsado de
sus propias tierras por otro pueblo: el judío.
Ustedes, el “pueblo elegido”, no pueden seguir negando la
historia. Amigos
de Israel, la historia es como un círculo. Da vueltas. Si ahora ustedes
se sienten fuertes por su superioridad militar y por la ayuda de Estados
Unidos, eso puede terminar. Eso va a terminar. La historia lo dice. Los
grandes imperios y las grandes potencias militares terminaron mal. Todo
llega en esta vida. Y el sufrimiento del valiente pueblo palestino llegará
a su fin. Y vuestra soberbia también.
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