LA
SUA : ORIGEN, TRAYECTORIA Y BALANCE
por
Prof. Pedro Godoy P. (*)
La
Sociedad Unión Americana SUA es una entidad iberoamericanizante del
siglo XIX. Se funda en Santiago de Chile el 5 de abril de 1862. El
directorio lo encabezan simbólicamente el general Gregorio las Heras y
el almirante Manuel Blanco Encalada. Sus líderes prominentes son José
V. Lastarria, Alvaro Covarrubias, Domingo Santa María y Benjamín Vicuña
Mackenna. Genera filiales en diversas ciudades y aldeas del país. Un
entusiasmo hoy asombroso . Contacta con entidades similares del
Continente. Destacan aquellas que funcionan en Bolivia, Ecuador, Ecuador
y Argentina. Diseñan bandera que izan junto con el pabellón patrio.
Fundan villorrio que bautizan "Unión Americana".
La motivación inmediata de quienes son los arquitectos de la SUA son
las tropas de Napoleón III ocupando México. Tal operativo culmina con
el Imperio de Maximiliano. No es la primera agresión y tampoco es la última.
En 1833 Gran Bretaña se apodera de Malvinas, EEUU despoja Texas a México
en 1836 y mediante una guerra 1846-1848 de un territorio equivalente al
de Argentina, en 1851 -durante un lustro- William Walker convierte en
protectorado estadounindense Centroamérica, España, en 1861,
anexa República Dominicana, en 1871 en una astuta alianza con los aborígenes
Londres primero "inventa" la República de Misquitía y luego,
desembozadamente, Honduras Británicas hoy Belice. Las tres Guayanas son
otros testimonios del euroexpansionismo..
Estos acontecimientos sin duda, en mayor o menor medida, son factores
que inquietan a la intellighenzia de entonces cuyos cabecillas fundan la
SUA. La intervención del II Imperio francés es el detonante que
desencadena intensa campaña integracionista. Mantiene nexos con el
Presidente Benito Juarez y su república errante. Le despacha sumas de
dinero y hasta milicianos. En 1862 el condotiero Oreille Antoine, con
apoyo de París, intenta fundar el Reino de la Araucanía y Patagonia.
Les preocupa la dependencia respecto a Madrid de Cuba y Puerto
RIco. El adueñamiento de las peruanas Islas Chinchas por
flota de guerra española es el episodio que da mayor energía a la
institución cuyo origen y trayectoria se reseña. Propicia la Alianza
del Pacífico -sumando Chile a Perú y Ecuador- para oponerse al
neocolonialismo.
El choque armado implica bloqueo de Callao y cañoneo de Valparaíso.
Hay combates navales. Uno -el de Abtao- es simbólico porque en un
mismo barco combaten por la soberanía común, siendo entonces tenientes,
Arturo Prat y Miguel Grau. Infaustamente, serán rivales después, en la
Guerra del Pacífico. Otro dato no menos ilustrativo es que de la
conflagración anotada se desentiende la Argentina presidida por Mitre.
En el país de Martín Fierro se imponen entonces el porteñismo y el
eurocentrismo está en menguante la doctrina de José de San Martín. Acá
la SUA posee un trascendente rol. Lo desempeña en la calle y en las
esferas del P. Ejecutivo impulsando la defensa de la soberanía en
peligro. Brinda, obvio, apoyo al Congreso hispanoamericanista de Lima
culminado en 1865.
No menos importante es el nexo con los caudillos trasandinos.
Felipe Varela, en los choques entre el mitrismo y as provincias,
se refugia en Copiapó y allí encuentra el apoyo de la SUA local. Más
que eso refuerza sus tropas e incorpora a chilenos encabezados por el
oficial Estalisnao Medina. Eso explica que el ilustre catamarqueño
en su ofensiva aluda -dedo en el gatillo y manejando miles de gauchos
armados- a la Unión Americana, a la urgencia que Argentina regrese al
espíritu sanmartiniano y propicia la paz con Paraguay. Pareciera, que
al menos en el siglo XIX, es la primera vez, después de la epopeya de
Andrés Santa Cruz, que el iberoamericanismo se hace fuerza militar.
Efectuar un balance de la SUA es necesario. Un dato negativo: su ambigüedad
con eso de "Americana" a secas. Permite -de un modo u otro, a
veces sin manifestarlo- que EEUU por estar en el Nuevo Mundo, ser república
y oponerse a la vieja Europa en virtud a la doctrina Monroe es un
país "aliado" o "hermano". Se "olvida" la
usurpación de Texas y la confrontación bélica que reduce a la mitad
la patria de Octavio Paz. Incluso durante la Guerra de Secesión
(1861-1865) -¡oh, ingenuidad!- cree que la victoria del Norte
abolicionista sobre el Sur esclavocrata abre aun más la puerta la
cooperación entre ambas Américas. Ignora que la dinámica
expansionista es anterior a la pugna entre Washington, DC y Richmond.
Hipnonsis equivalente produce el glamour kennediano y la ALPRO.
Sus líderes -entre otros- Vicuña Mackenna y Domingo Santa María,
años más tarde son adalides de la Guerra del Pacífico (1879-1883)
encendida por el capitalismo británico para apoderarse de las
salitreras. Tal conflicto mutila a Bolivia convirtiéndola en mediterránea
y a Perú le amputa Tacna, Arica y Tarapacá. Tal inconsecuencia habría
escandalizado al caudillo Varela tanto como hoy nos resulta chocante a
quienes somos, al decir de Joaquín Edwards Bello y Felipe Herrera,
"nacionalistas continentales". Lega, sin embargo aportes
positivos, dos tomos con documentos de alto valor. Me refiero a "Unión
y confederación de los pueblos hispanoamericanos" que valdría
la pena sean reeditados por el Instituto "Manuel Dorrego" de
Revisionismo Histórico.