LA SUBVERSIÓN MARXISTA EN MARCHA

por Sergio Capelo 

Periódico Nación  -  http://www.nacionuruguay.blogspot.com/

 

Dos condiciones únicas para una verdadera revolución: emplear políticas en defensa de lo nacional y lo social, algo que los comunistas jamás llevarán a la práctica, el dogmatismo marxiste-leninista se los impide y los obliga a practicar la internacionalización de los pueblos que someten, a quienes conducen a los niveles más bajos en lo moral y económico. Con ello, al igual que los insensibles gobiernos de la derecha boba y tal vez corrupta (responsable directa del crecimiento de la izquierda antinacional) empujan al pueblo a un fatal e infame clientelismo por necesidad, al que convencen,—o tratan- que las medidas del gobierno «progre» son para evitar la desigualdad, que se va a mejorar y vamos a ser todos iguales. ..en la miseria, como sucede en los lugares en que posaron sus garras.

Acompasando esas medidas, promueven el paulatino copamiento de los Ministerios del Interior y Defensa Nacional a fin de llevar a cabo la tarea del desmantelamiento de las Fuerzas Armadas y la institución policial, dejando el campo libre a los que vociferan «que no es necesario mantener a costa del Estado a tanto parásito», quienes más tarde a fin de mantener el orden, intervendrán con las organizadas y bien entrenadas «milicias populares», cuerpo formado por los más fanáticos elementos militantes y mercenarios foráneos, cuya mejor condición es el desprecio por lo nacional y un odio profundo por nuestras mejores tradiciones.

Y lo más importante, nuestro credo religioso y el amor con que pensamos la Patria, si unimos a lo mencionado líneas arriba con el proyecto de las alcaldías a que hacen referencia integrantes de los innumerables grupos componentes de la coalición gobernante, alcaldías que con seguridad serán integradas por los elementos más radicalizados y vengativos, nos hace recordar a los tristementes famosos «comisarios del pueblo», asesinos con permiso para determinar quiénes eran los enemigos de la revolución del proletariado a los que, sin otro trámite que la acusación, se les juzgaba sumariamente y se les ejecutaba.

Otro tanto sucedía con los oficiales del Ejército Imperial. Unos eran seducidos, utilizados y, logrado el objetivo si no cuestionaban los procedimientos, continuaban con vida. Otros no tuvieron oportunidad de salvar la vida pero salvaron lo mejor; su alma entregada a Cristo, la dignidad y el honor patrio. El enfrentamiento entre dos formas de conducción es de larga data. Por un lado la involución de la dignidad, la contrarrevolución del comunismo internacionalista y, por nuestro lado, los que defendemos nuestra religión, nuestra patria y nuestra familia. Ellos como en el Este de Europa, Asia, en la España roja marxista y aquí; en la cercana Cuba, llevaron a la práctica los procedimientos del marxismoleninismo.

¿Está la América del Sur por ser testigo de una historia repetida?

Es indispensable, en defensa de la nación, la unidad de los orientales que sentimos esos valores inmarcesibles en pro de una real Revolución Nación; a fin de recuperar para todos los habitantes, la dignidad de los brazos ocupados en el quehacer diario y podamos proclamar con el general Artigas; ‘”Me es muy satisfactorio comunicar a V. S. que los opresores…han sido derribados”