No somos Templarios por cierto
de los que llamamos "de cotillón"
sino Caballeros de Sangre y Espíritu,
buscadores y custodios del Oro
que guardamos en nuestro corazón.
Honramos a Nuestra Seńora,
la Inmaculada Concepción,
que es Cáliz Sagrado en la Tierra
y vaso de donde naciera
Cristo Jesús, el Salvador.
Vamos
al corazón de la nada.
bajo el último desierto
do vive la Rosa más blanca
junto a la verde esmeralda
que encierra el brillo del Sol.