MALVINAS:
EL PASO DE LAS TERMÓPILAS
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PASO
DE LAS TERMÓPILAS - ( Hace 2.500 años )
Hace
dos mil quinientos años, en el paso de Las Termópilas, Leónidas al
frente de trescientos espartanos se enfrentaban al poderoso ejército
Persa. Cuenta la historia y la leyenda que un mensajero del ejército
Persa se adelantó para intimidar a los espartanos, y les dijo:
- El ejército Persa es tan poderoso, que cuando arroja sus flechas al
cielo, tapa la luz del sol.
- Bien….pelearemos a la sombra – recibió por lacónica
respuesta espartana.
El poeta helénico grabó para la posteridad. “Caminante, ve a
Esparta a decir que aquí hemos muerto por defender sus leyes”.
LAS INVASIONES
INGLESAS DE 1806–1807
Un pueblo de 40.000 habitantes, sin ejército, enardecido venció a un
gran ejército bien pertrechado, y lo hizo morder el polvo de la derrota.
LA GUERRA DEL PARANA
Los valientes murieron cantan el himno en Vuelta de Obligado, Toneleros y
Quebracho, y el pirata ingles abandono su aventra comercial imprialista.
INVASION INGLESA DE
1982
En 1982, el pirata ingles invade las Malvinas, recuperadas por al
Argentina com territorio nacional que es. Y no vino solo, sino con el
apoyo de otras potencias, pero nuestros muchachos le dieron batalla. Y LO
HICIERON MUY BIEN.
LA CONCIENCIA
NACIONAL
"La justicia y la libertad no se regalan. Se conquistan, se
defienden, y muchas veces hay que morir por ellas" (Juan D. Perón)
LAS TERMÓPILAS DE
MALVINAS
Durante
la guerra de Malvinas, el teniente Roberto Estévez estaba posicionado en
con sus hombres en Pradera del Ganso, cuando recibió la orden de atacar
la Colinas de Boca House.
Considerando Estévez que aquella era una misión sin retorno, agradeció
a su superior la oportunidad que le daba de llevar acabo esta misión.
Arengó su tropa y al frente de ella se dirigió al objetivo bajo un
intenso fuego de artillería, llegando al mismo en la madrugada siguiente.
- "Teniente Estévez, como último esfuerzo posible, para evitar
la caída de la Posición Darwin-Goose Green, su Sección contraatacará
en dirección NO, para aliviar la presión del enemigo sobre la Compañía
"A", del Regimiento 12 de Infantería. Tratará de recomponer, a
toda costa la primera línea. Sé que la misión que le imparto sobrepasa
sus posibilidades, pero no me queda otro camino".
Luego, lo despidió con un fuerte abrazo. La difícil y crítica situación
no le permitió agregarle ningún otro tipo de detalle a la orden; además,
tratándose de Estévez, eran innecesarios.
-"Soldados, en nuestras capacidades están las posibilidades para
ejecutar este esfuerzo final, y tratar de recomponer esta difícil situación.
Estoy seguro de que el desempeño de todos será acorde a la calidad
humana de cada uno de ustedes y a la preparación militar de que
disponen" ...así fue la rápida arenga de Estévez.
Finalmente, todos los integrantes de la fracción, escucharon la mejor y más
hermosa orden que puede dar un Jefe: "Seguirme!". Pronto
estarían inmersos en el combate.
- "Para la Sección, sobre las fracciones enemigas que se
encuentran detrás del montículo, ¡fuego! Artilleros, sobre el lugar,
deriva 20 grados, alza 400 metros, ¡fuego! Esté atento Cabo Castro, en
dirección a su flanco derecho, puede surgir alguna nueva amenaza..."
-diversas órdenes se entrecruzaban en medio del fragor y la ferocidad de
la lucha; finalmente, se logra bloquear el avance, y aliviar en parte la
presión ejercida por los ingleses.
- Cabo Castro, me hirieron en la pierna, pero no se preocupe, continuaré
reglando el tiro de la artillería -gritó, sin titubear, el Teniente Estévez.
- Enfermero, ¡rápido, atienda al Teniente! -ordenó Castro, con
un grito.
- Me pegaron de nuevo, esta vez en el hombro. Cabo Castro no abandone
el equipo de comunicaciones y continúe dirigiendo el fuego de artillería...-
fue su última orden; un certero impacto en la cara, quizás de un tirador
especial, lo desplomó sin vida.
- "Soldados, el Teniente está muerto, me hago cargo" -
gritó Castro y continuó con la misión ordenada, hasta que fue alcanzado
por una ráfaga de proyectiles trazantes, que llegaron a quemar su
cuerpo."
- "Camaradas, me hago cargo del mando de la Sección, nadie se
mueve de su puesto, economicen la munición, apunten bien a los blancos
que aparezcan". - el Soldado Fabricio Carrascul, llevado por el
ejemplo heroico de sus Jefes que yacen inermes en el glorioso campo de la
guerra, impartió con firmeza su primera orden.
- Los ingleses se repliegan, bien, los hemos detenido y los obligamos a
retirarse. ¡Viva la Patria! - gritó con alegría, Carrascul, al ver
la maniobra inglesa. En ese momento, un preciso disparo, quizás del mismo
tirador especial que eliminó a sus Jefes, le quitó la vida.
Sin Jefes, agotadas las municiones y transportando sus muertos y heridos,
la veterana y gloriosa Primera Sección de Tiradores Especiales se retiró
hacia sus posiciones iniciales, habiendo cumplido con la Misión.
El teniente Estévez dejó a sus padres esta conmovedora carta:
Querido papá:
Cuando recibas esta carta yo ya estaré rindiendo mis acciones a Dios
Nuestro Señor. Él, que sabe lo que hace, así lo ha dispuesto: que muera
en cumplimiento de la misión. Pero fijate vos ¡que misión! ¿ Te acordás
cuando era chico y hacía planes, diseñaba vehículos y armas, todo
destinado a recuperar la islas Malvinas y restaurar en ellas Nuestra
Soberanía? Dios, que es un Padre Generoso, ha querido que éste, tu hijo,
totalmente carente de méritos, viva esta experiencia única y deje su
vida en ofrenda a Nuestra Patria.
Lo único que a todos quiero pedirles es:
1) Que restaures una sincera unidad en la familia bajo la Cruz de Cristo.
2) Que me recuerden con alegría y no que mi evocación sea apertura a la
tristeza, y muy importante,
3) Que recen por mi.
Papá, hay cosas que, en un día cualquiera no se dicen entre hombres pero
que hoy debo decírtelas. Gracias por tenerte como modelo de bien nacido,
gracias por creer en el honor, gracias por tu apellido, gracias por ser
católico, argentino e hijo de sangre española, gracias por ser soldado,
gracias a Dios por ser como soy y que es el fruto de ese hogar en que vos
sos el pilar.
Hasta el reencuentro, si Dios lo permite.
Un fuerte abrazo. Dios y Patria ¡ O muerte !
Roberto.
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