TRISTEZA Y RABIA

por Walter Romero

Hace unas semanas atras, el diario Clarín de Argentina publicó una sección llamada "Argentina, pueblo a pueblo". En la misma, los lectores podían enviar artículos en donde se hiciese referencia a alguna historia interesante sobre su propio pueblo. La señora Dana Débora do Brito, docente y ama de casa, envió un interesante artículo titulado "Un pueblo que desapareció con el tren". El diario Clarín lo publicó con la opción de que los lectores que lo leyesen podrian responderle a la señora Dana. En los siguientes dias llegaron muchísimos artículos refiriendose al de la docente.

En los mismos podemos observar una mezcla de tristeza y rabia de personas del interior de la Nación Argentina que vieron sus pueblos desaparecer por la inoperancia e insensatez de nuestros gobernantes. Tanto los de la época militar como los políticos  "democráticos".

Y sabemos que los que escriben artículos para enviarlos a los diarios, son siempre una pequeñisima parte de esa inmensidad de personas que sienten la misma rabia y tristeza. La mayoría se mantiene en el anonimato. Pero no queda ninguna duda que piensan exactamente igual que aquellos que se animaron y enviaron sus artículos. Vale la pena leerlos. Tanto el de la señora Dana, como los que le respondieron.

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"Un pueblo que desapareció con el tren".  Por Dana Debora do Brito

El protagonista de esta historia se llamó Enrique Delorme, fue mi tío y jefe de la estación del pueblo Gerónimo Cortés, a unos tantos kilómetros de la ciudad de Córdoba y de otro pueblo llamado Altos de Chipión, cerca de Mar Chiquita. Mi tío, al que todos conocían como el tio Quico, vivió en ese pueblo con su mujer tía Gilda y sus tres hijos (que actualmente viven en Altos de Chipión).

Cuando su esposa falleció muy joven del Mal de Chagas, sus hijos se casaron, se fueron y él se jubiló... la estación cerró, y con ello el pueblo desapareció junto con sus habitantes.

La empresa de Ferrocarriles Argentinos le dio dos vagones como vivienda, ya que nunca pudo comprarse una, esos vagones están hoy en la entrada del pueblo de Altos de Chipión, vivió ahí hasta que falleció a los 82 años. Sus dos hijas viven cerca de Altos de Chipión, junto con unos 2.000 habitantes...

Comentarios a dicho artículo:

Es una triste realidad: al desaparecer el tren, con él desaparecen los pueblos. Es increíble la indolencia e incapacidad de los gobiernos de turno, el tren fue, es y será fuente de comunicación y progreso, por esto, el dolor que producen estas noticias.

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Yo conocí a ese señor Enrique Delorme, porque viví en Altos de Chipión. Incluso desde la calle de mi casa se podía ver la vivienda en el predio del ferrocarril, vivienda... (eran vagones de trenes adaptados para vivir) y que fue ocupada años antes por la familia Funes. Recuerdo a sus hijas y me viene a la memoria la figura de ese hombre.

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Leyendo esta historia solo me viene a la memoria todos los que HICIERON LA AMERICA, pero de corazón, como mi difunto abuelo que llegó de España y desde Baires lo mandaron a "colonizar el Chaco" con los ferrocarriles. Allí trabajó 16 horas diarias hasta que un día hizo números y había trabajado 30 años en menos de 12. Pidió sus vacaciones y temprano retiro y no se los quisieron dar. Su retiro quedó registrado en la Suprema Corte Argentina, como el primer jubilado por compensación de exceso de trabajo. El siempre, despues de jubilado, sacaba su reloj del cinto y decia "alli va el tren X, y va a horario, solo con un par de minutos atrasado". 

Muy buena página, ni bien aparezcan empezaré la colección. Si deseais, os envío fotos de mi Abuelo cuando no se usaban “ni siquiera pilas”, como decía él, para hacer señales entre el "Guarda" y el "Maquinista". Saludos.

Francisco Carpio

Con respecto a la desaparicion de los pueblos paralelamente con el paso del tren, me viene a la memoria uno de los tantos pueblos de Sgo del Estero, Añatuya se llama la localidad y yo la conoci en pleno traqueteo de los talleres ferroviarios, donde vivian y trabajaban miles de personas, personas que hoy en dia pululan sin saber que hacer ni adonde ir. Lamentablemente no veo que haya recuperación de esas vías que entrelazaban pueblos y familias, y pese a las inclemencias del tiempo, llamese inundaciones como les toco vivir a esta gente, el pueblo no quedaba aislado. En fin espero que nuestros hijos puedan ver a estos lugares un poco mejor. Gracias por el lugarcito que nos hacen para recordar y reflexionar

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Conozco también un pueblo al que le pasó lo mismo. Se llama Jose Juan Almeira y está en la Provincia de Buenos Aires, entre Suipacha y Navarro. De pequeña iba a vacacionar allí ya que mis tíos tenían un campo a unas 20 cuadras del pueblo. Un lugar maravilloso y tranquilo, pero todo su esplendor se fue cuando cerraron el ferrocarril...

Florencia Billiani

Es la triste realidad. Yo soy de Junín (Bs As). Cerca de allí, alguna vez existió un pueblo llamado La Oriental, del que sólo queda la estación de trenes expropiada por los yuyos (y por otros no tan inocentes) y una estancia, que se puede visitar y quedarse a pasar el día: ¡te hacen unos asados de película! Algo quedó...

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En todo el país tenemos ejemplos claros de lo que significó el ferrocarril como medio de desarrollo y crecimiento de las poblaciones, muchas de las cuales, sino la mayoría, quedaron condenadas a convertirse en pueblos fantasmas como consecuencia de la fatídica frase "ramal que para, ramal que cierra".

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Comparto lo que escriben los comentaristas en relación a la involución que causó el cierre de los ferrocarriles en varios lugares de nuestro suelo argentino. Prueba de ello lo tenemos en la ciudad de Tafí Viejo, muy cerca de San Miguel de Tucumán. ¡Que pena!

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Me encanta recordar cuando era chica iba a Epecuen. Allá tuvo mi abuelo Humberto Mangiarotti el primer Hotel que se llamo Roma. Qué lindo es recordarlo.

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Respecto al ocaso del ferrocarril en nuestro pais, vale la pena recordar la historia. Todo empezo con el gobierno del Dr Frondizi. Entonces, asesorado por el inefable Ing. Alsogaray, se comenzo a levantar ramales por antieconómicos. Llego luego la hora del riojano globalizador y otra vez con el consejo del Ing. Alsogaray, se acuño la frase...ramal que para, ramal que cierra, para completar el desguace de los gloriosos trenes argentinos. Sólo a estos "iluminados", se les podia ocurrir que en un país con las distancias entre pueblos que tiene el nuestro, había que reducir los servicios....

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Me encanto la idea de la publicacion de los pueblos de mi pais y espero este el mio FREYRE-CORDOBA!!!! Ya estoy comprando la coleccion. Mi pueblo tambien perdió su ferrocarril que nos conectaba con Rosario (Sta. Fe) en 1978, o sea plena epoca del Proceso Militar!!!

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Muchos pueblos se convirtieron en semifantasmas en la provincia de Salta, como Tolar Grande, Salar Pocitos, Olacapato, Caucharí. El pueblo más fantasma de todos, que así de golpe y porrazo desapareció, fue Mina La Casualidad, de 2.000 habitantes. En los años 70 contaba con luz, gas, iluminación pública, sistema de red cloacal, teléfonos (un verdadero logro para la época todo esto) hasta un hotel-confitería. Nada de ello quedó después de que Martínez de Hoz decretara el cierre de la mina de azufre (Mina La Julia) que allí había. Un triste y penoso éxodo hizo que de un día para otro no quedara ni la imagen de la virgen, que allí había en la iglesia… nada. Otro caso más cercano es Sierra Grande, en Río Negro, con el cierre de Hipasam el pueblo se convirtió en un pueblo únicamente de mujeres, los hombres se fueron con el cierre de la mina. Desgraciadamente hay cientos de historias que conforman parte de la existencia de pueblos que ya hoy no habita nadie…

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Si quieren ver un cementerio de trenes, solo tienen que acercarse hasta los predios del ferrocarril Gral. Belgrano (en mi caso) en Córdoba. Y si quieren ver locomotoras a vapor, (que alguna vez fue progreso y hoy es olvido), pasen por Cruz del Eje y van a sentir ganas de llorar. Esperemos contar con un futuro no tan lamentable como el pasado de nuestros ferrocarriles.

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Para los que no la conocen hay una página web que comenta historias actuales de pueblos sobre los ramales de tren cerrados. La dirección es www.sateliteferroviario.com.ar   No está actualizada pero vale la pena.

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Tengo 28 años y desde chico los lugares que conocí fueron gracias al tren. Viví en Junín y tomaba todos los años, para la época de la vendimia, el tren a Mendoza. Recuerdo esos trenes que pasaban con intervalo de 40 minutos por la noche repletos de gente, con coches comedor, coches cine, bandejas para autos... El Libertador, El Aconcagua, El Mendocino. Un día mi mamá me dice, cerraron el tren, recuerdo esa frustración que sentí por no entender como me habían quitado ese folklore de todos los años. Nos quitaron el tren y con ello ya no podré ver a la gente en las estaciones. Siempre lo mismo en este país, los negocios antes que la gente. El tren se pagaba solo, pero le quitaron el apoyo y prefirieron estar con los empresarios del transporte por carretera. Hoy me queda una imagen: TODO EL MUNDO SALUDABA AL TREN

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Desde hace mucho tiempo pienso en los trenes como fuente de trabajo para mucha gente que realmente está a la espera de algo que le permita vivir. Leer estas historias me causa mucho dolor, por lo que perdimos, por lo que lamentablemente olvidamos.
Pregunta: ¿No sería posible reestablecer muchos de estos servicios? Si empezamos renovando, acondicionando los ramales que todavía están bajo tierra o pastizales, podríamos crear nuevas fuentes de trabajo, ¿y por qué no?, promover el resurgimiento de esos pueblos. Es terrible la diferencia de posibilidades que existe entre, por ejemplo, Baires y otras ciudades capitales, con el resto del país. Ellos también son Argentinos.

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A mi pueblo, Estación Vásquez, el Ferrocarril Roca le dio vida y luego se la quitó. Fue pujante a principios y mediados del siglo pasado, hasta que la construcción de la Ruta Nacional 3 desvió el tráfico a 7 kilómetros del pueblo. Luego... lo de todos los pueblos estacioneros... cese de transporte de pasajeros, cese de cargas... una estación fantasma y casas que se demolieron para utilizar los materiales en otras localidades... En 50 años, se pasó de casi 3.000 a 33 habitantes. Mis padres y tíos viven aún allí.
Entre Tres Arroyos y Gonzales Chaves, a la altura del km 470 de la Ruta 3, está LA CAPITAL DEL SILENCIO.

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Soy de Villa Trinidad, en la provincia de Santa Fe. En mi pueblo el tren dejo de pasar hace 15 años o más. En febrero de 2006 y con 25 años pude realizar mi primer viaje en tren. Fuimos con mi novia de Ceres a Tucumán. Fue uno de mis sueños hecho realidad. Ojalá pueda volver a repetirlo ya que es una experiencia única. Espero que hablen de mi pueblo también.

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Hola, vivo en Buenos Aires pero nací y me crié en Mendoza. Leí el primer tomo y la verdad es que me gustó mucho, y promete ponerse más revelador con el interior. Sobre el tren, coincido con la mayoría y agrego que en los países del Primer Mundo es el transporte terrestre dominante. Y es un lujo. Da seguridad, rapidez en el traslado, no contamina y de paso les da vida a todas las localidades más chicas. Acá, en un país que nuestros gobernantes han hecho cada vez más y más bananero en los últimos 40 años, seguimos apostando vaya a saber por qué por los ómnibus y los colectivos (obsoleto "invento argentino"), que son ruidosos, inseguros y contaminantes para empezar a hablar. Hace falta una política de Estado para modernizar al ferrocarril y unirlo con los subtes, pero lo cierto es que como son obras de largo plazo nunca se concretan porque los políticos de turno no llegan a capitalizarlas electoralmente. Saludos a todo el mundo.

Salvador Colombo

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Hace falta decir algo más?? Tristeza y rabia. Rabia y tristeza..... Gracias a los gobiernos de mierda, tanto militares como "democráticos", que hicieron lo que quisieron, no solamente con nuestro dinero, sino tambien con nuestras ilusiones. Como dice el tango: "...pero como todo llega a su término en la vida, donde nada es duradero, ni la dicha ni el pesar..." así tambien les va a llegar su fin a estos malditos y pagaran por la tristeza y la rabia de nuestro pueblo.