(Editorial del programa radial Alerta Nacional del día 9 de diciembre del 2008) LA
UNIÓN HACE LA FUERZA por Alejandro Biondini Compatriotas, El
tema del que vamos a hablar hoy es: "La Unión hace la Fuerza". A
lo largo de las distintas audiciones de Alerta Nacional, hemos remarcado,
casi como una sana obsesión, la necesidad de que el patriotismo
militante, de que el nacionalismo argentino en su conjunto, vaya
encontrando canales de convergencia, puntos de acercamiento y unión entre
sus diferentes manifestaciones, a fin de que pueda arribar en algún
momento a una estrategia compartida, al ideal de un Frente Nacionalista,
capaz de constituirse en la alternativa, en el camino de salvación y
liberación de nuestro amado país. Ya somos millones los ciudadanos que
estamos hartos de haber padecido a lo largo estos años de supuesta
democracia, las mentiras y las traiciones surgidas de la política de
siempre, de la politiquería tradicional, por lo que sería un pecado
imperdonable que los nacionalistas no comprendamos el desafío de la hora,
y sobre todo, el desafío de los tiempos que vienen, especialmente a
partir del 2009. En
nuestro caso, hemos tratado de poner el hombro y lo seguiremos haciendo,
en pos de alcanzar ese objetivo. Por esta tribuna patriótica y federal,
que desde Onda Latina irradia su mensaje por una cadena de casi 200
emisoras AM y FM de todo el país, han
pasado variadas expresiones del nacionalismo y se han difundido, sin
sectarismos ni exclusiones de ninguna índole, las actividades o
convocatorias de los grupos, partidos, movimientos, instituciones o
publicaciones patrióticas que nos hicieron llegar sus novedades. Sabemos
que lo hecho hasta el momento es importante, pero que también es
absolutamente insuficiente para quebrar el espinazo del poder enemigo. Sin
un Frente Nacionalista unificado a lo largo y a lo ancho de nuestra
Argentina, no tendremos la fuerza capaz, de dar una vuelta de página
definitiva a esta historia de tantas frustraciones. De todas maneras,
humildemente creo que es un primer paso en la dirección correcta. Porque
la mejor forma de predicar, es predicar con el ejemplo. Como
comentábamos al comienzo del programa, qué gran alegría fue para
nosotros, ver el último viernes en Casa Patria a tantos compañeros y
camaradas de procedencias y encuadramientos tan diversos, levantar
hermanadamente sus copas en pos de la unidad y del triunfo nacionalista.
Porque la unidad hace la fuerza, y sin la fuerza de un nacionalismo unido,
el futuro soberano de la Argentina se muestra esquivo, dudoso y hasta
sombrío. Quiero
ser muy explícito y muy poco diplomático en esto: No es un auténtico
nacionalista el que habla en contra de la unidad, porque la unidad nunca
puede ser un mal. El lema fundamental de nuestros dominadores y de sus
lacayos internos, es el "Divide y reinarás". La unidad del
nacionalismo argentino ha sido frustrada no sólo por egoísmos o miserias
personales, sino que también ha sido saboteada por la labor permanente de
los lenguaraces o agentes a sueldo de los sucesivos gobiernos, que han
vivido sembrando zizaña o desconfianza entre los múltiples referentes y
formaciones del movimiento nacionalista. Porque el sistema sabe que si el
nacionalismo se une y toma las riendas de su misión histórica, ello sería
su fin, sería el fin del reinado de las víboras y de los chupasangre que
han medrado y continúan medrando con la desgracia de nuestro pueblo.
Mientras sigamos embarcados en cuestiones menores, en pequeñas quintitas
o proyectos minúsculos, tendremos el merecido destino de las aves de
corral, condenadas a perpetuarse detrás del alambrado, cacareando todos
los días sus desgracias. Y estaremos renunciando al mandato de nuestros
próceres y de nuestros mártires, al mandato de nuestra sangre y de
nuestro suelo: ser como el Cóndor que impera en los Andes, el cóndor que
puede volar mirando al sol sin bajar la vista, mirando al sol de frente. La
unidad de un frente político nacionalista no debe confundirse con el
rejunte. Debe ser una unidad forjada por una cantidad de valores comunes y
de un proyecto compartido, capaz de despertar el entusiasmo y la
movilización de esos millones de compatriotas que están esperando que
brille una luz de esperanza en medio de esta larga noche nacional. Como
dije en otra oportunidad, hoy los nacionalistas somos un enorme archipiélago,
como muchas formaciones voluntaristas, pero débiles, desplegadas como
islas o islotes por todo el territorio, y la mayor parte de las veces sin
una conexión duradera entre sí. Debemos entonces trabajar por tender
puentes de comunicación estables, vías activas de solidaridad y de
trabajo compartido entre todo ese universo de patriotismo desperdigado.
Ese es el signo de los tiempos. Los que aún duermen deben despertar. Nada
conseguiremos siendo un archipiélago político de buenas intenciones,
debemos constituirnos en un continente imbatible de voluntades. Siendo
quien les habla un ciudadano que ha sido privado de sus derechos
constitucionales, que ha sido proscripto electoralmente, debe quedar claro
que no me anima en esto ningún interés individual por candidatura o
posición alguna. La intolerancia de la antipatria, que ha sido exitosa en
perseguirme judicialmente y apartarme de la lid política, fracasó en su
intento de silenciarme y me ha dado el paradógico privilegio de
convertirme en una voz, en una voz de Alerta al servicio de la causa y del
movimiento nacional. Espero
que estas palabras no caigan en saco roto, y que aquellos referentes de
partidos, agrupaciones o movimientos que tienen la posibilidad de gestar
ese Frente Nacionalista hagan lo que deben hacer, y no tengan dudas que
desde este programa y desde muchos otros espacios toda iniciativa en ese
sentido será plenamente apoyada. En
colaboración con ese indispensable objetivo, y siendo fieles a la
consigna de que hay que predicar con el ejemplo, quiero realizar una
invitación a los colegas nacionalistas que manejan distintos medios de
comunicación: ¿por qué no empezamos a trabajar juntos en la idea de
constituir una federación o sindicato de la prensa nacionalista en toda
la Argentina?, ¿hasta cuándo vamos a tolerar que los escribas del
sistema se arroguen ellos sólos el papel de periodistas, y no sólo
ignoren o desprecien nuestra labor, sino que incluso tiren por la borda
todo el palabrerío de la libertad de expresión, y cada tanto salgan a
apoyar, a celebrar o incluso a promover que se censure o prohíba a alguno
de nuestros medios ? ¿por qué, por ejemplo no hay periodistas
nacionalistas, con una federación o sindicato que los respalde,
acreeditados en la Casa de Gobierno, en el Congreso de la Nación o en el
Palacio de Tribunales? ¿por qué no contamos con un cuerpo de letrados o
abogados compartidos que respondan coordinamente ante cualquier intento de
persecución o censura? ¿por qué no buscamos formas de apoyarnos
propagandísticamente unos a otros? Tal
vez, inicialmente, sea más fácil que nos pongamos de acuerdo los que
hacemos periodismo nacionalista, y ello podría allanar o despejar el
camino hacia acuerdos en el ámbito de los partidos, agrupaciones o
referentes del movimiento nacional. Es simplemente una idea que la expongo
en este espacio: ¿no sería útil que aquellos patriotas que tengamos
todo tipo de publicaciones publicaciones impresas o digitales, o que nos
expresemos por un medio radial o televisivo nos federemos en defensa
exclusiva de una auténtica libertad de pensamiento, de una auténtica
libertad de prensa y de una auténtica libertad de expresión?
Y estoy pensando en revistas, periódicos, editoriales, agencias de
noticias, portales, fanzines, blogs informativos, camaradas o compañeros
periodistas que escriban como columnistas para diferentes medios,
boletines que se distribuyan por correo electrónico, etcétera, etcétera.
No habría necesidad, o sería absurdo, entrar a debatir sobre si nos
gustan más o nos gustan menos los contenidos de lo que tal o cual publica
o difunde. Por supuesto, deberíamos partir de un concepto nacionalista básico
y a la vez lo más amplio posible, y no salir con chiquilinadas de que si
entra fulano se va sultano. Podemos darle una forma legal e institucional,
y a mi me parece que podemos crear con todas las de la ley nuestra propia
federación o sindicato de la prensa nacionalista. Y uso el término
federación, porque una de las condiciones fundamentales debería ser que
se trate de un proyecto federal y que se organice en forma federal y no
como un cenáculo centralista o porteño. Estoy seguro que hay muchos
compatriotas experimentados, y un sinnúmero de profesionales que podrían
ayudarnos en este tema. ¿Por qué no lo hacemos, o cuanto menos, por qué
no lo intentamos?... A aquellos colegas nacionalistas, a aquellos colegas
patriotas que les parezca positiva o viable esta idea los invito a
escribir a mensajes@alertanacional.com.ar
como
una via de contacto inicial y a partir de alli veremos lo que va saliendo. No
olvidemos que en toda revolucion, en todo proceso de cambio, la propagación
ideológica, doctrinaria e informativa es siempre la primera etapa.
Adoctrinar es organizar, organizar es vencer. Si quienes ejercemos el
periodismo o somos responsables de un medio de comunicación al servicio
de la Patria nos unimos y nos respaldamos mutuamente, el tránsito hacia
la unidad total del nacionalismo, el tránsito hacia el surgimiento de un
Frente Nacionalista como alternativa de poder, será seguramente mucho más
factible. Ojalá
podamos hacerlo. Ojalá no perdamos el tren de la historia. Compañeros,
Camaradas, la
Unión hace la Fuerza. A una estrategia se la vence con una estrategia
mejor, y a la fuerza coaligada del enemigo, debemos derrotarla con la
fuerza coaligada del patriotismo comprometido y militante. Les
agradezco mucho que hayan tenido la paciencia y la amabilidad de
escucharme. ¡DIOS CON NOSOTROS! ¡VIVA ARGENTINA
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