Uruguay : Cambiar
de gobierno
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Los trabajadores uruguayos asisten día a día a nuevos desencantos. Su gobierno, de izquierda, no para de tomar medidas antipopulares desde que asumió el poder en marzo de este año. Veamos algunos ejemplos:
1.-El tarifazo del 10 % en los servicios públicos (luz, agua y
combustible), muy por encima de los índices inflacionarios. Sigue el
criterio de los gobiernos blancos y colorados de aumentar las tarifas públicas
a fin de recaudar más dinero para el pago de la deuda externa. Con estos pocos datos comprendemos la desazón que deben compartir los orientales que pensaban que con el Frente Amplio en el gobierno se iba a poner proa hacia otro Uruguay, donde no mandaran los burgueses locales asociados al capital extranjero. Destruyeron las ilusiones de generaciones de socialistas, comunistas, tupamaros y otros militantes que pensaron que éste sería la herramienta idónea para encaminar la revolución en el país. Ahora, toda la izquierda se da cuenta que sus dirigentes "salvadores" son una manga de corruptos inmundos. Ahora, toda la izquierda entiende que ese socialismo no es el camino para la verdadera revolución nacional. El ministro de economía Danilo Astori afirmaba en los años 80: “La deuda externa no se puede pagar. Este debería ser al mismo tiempo el primer reconocimiento y la primera afirmación”. En el 2005 mucha agua ha pasado bajo el puente y hoy nos aconseja honrar los compromisos externos. Lo mismo nos aconsejan los otrora guerrilleros del MLN, Mújica y Fernández Huidobro.Y diversos dirigentes del Partido Comunista Uruguayo y del Partido Socialista. Ahora el pueblo uruguayo ve perfectamente cómo los "revolucionarios" de otras épocas son más burgueses que los burgueses del Partido Colorado y del Partido Blanco. Más de lo mismo. Y esa experiencia la podemos ver en otros países con sus gobiernos "socialistas": Chile con Lagos y Brasil con Lula. Toda esa izquierda se sacó la máscara y ahora, solamente ahora, esos pueblos comprueban la gran mentira.
En el plano de la diplomacia uruguaya, el vasallaje se manifiesta del mismo modo
que en el plano económico: envío de tropas a Haití, aceptación del
tratado de inversiones con USA, aceptación de una acuerdo entre las
fuerzas armadas locales con las yanquis, etc.
La comisión en Defensa del Agua y de la Vida llamó a desconocer el
decreto presidencial y organizó un acto público de repudio en la Plaza
Libertad. Allí el pueblo se manifestó para que el
gobierno deba rendir cuentas al pueblo y no al todopoderoso dios Mercado.
Allí se afirmó que la voluntad popular no se interpreta sino que debe
ser cumplida. La resistencia comienza a despuntar.
También aquí se repudió la decisión gubernamental de avalar la
instalación de 2 plantas de celulosa en Río Negro (una de capital
finlandés y la otra española), que son muy resistidas por los habitantes
de las dos orillas por el impacto medioambiental que acarrearían según
opinan los expertos en temas ecológicos. Un Uruguay nacionalista, es la única salida para que la decadencia no continúe y para que miles de sus hijos no deban emigrar en busca de nuevos horizontes, como ocurre hoy en día. |
Luis Gimenez (Uruguay)