Uruguay es un país extraño, una suerte de postal de ciertas
ciudades argentinas de los años 60 y 70, donde muchos argentinos
gozan de pasar sus vacaciones. Allí, en un lugar llamado Florida,
al que se llega luego de varias horas de viajar en micro, se
encuentra detenido Iván Germán Velázquez, tildado como un súper
hacker en un expediente judicial impulsado por la Secretaría
de Inteligencia -ex SIDE- a efectos de despegar a sus propios
funcionarios de un escándalo mayúsculo, ampliamente relatado en Tribuna
de periodistas.(1)
Quien escribe estas líneas estuvo el pasado jueves 17 de
septiembre visitando a Velázquez en el patio del lugar donde se
encuentra detenido desde hace ocho meses por una causa de mega
espionaje relacionada con el expediente que tramita en la
Argentina. Lo primero que sorprendió a este cronista fue verlo
bien vestido -con saco y camisa- y de buen semblante, lejos de la
imagen caída que uno esperaba en situaciones como la que le tocan
en suerte al ex agente de la SIDE.
Allí, Velázquez contó a este periodista parte de una trama de
película sobre cómo, entre otras cosas, un grupo de espías
argentinos diagramó en el más estricto secreto un proyecto de
mega espionaje e intercepción de correos electrónicos de
funcionarios, jueces y periodistas.
Asimismo, mostró partes del libro que está a punto de publicar
sobre su paso por la Inteligencia vernácula, llamado
Inteligenci@: de la SIDE al exilio, el cual está plagado de
documentos y se acompaña con un CD que contiene detalles de cómo
se espía a funcionarios y personas relevantes merced a un grupo
de forajidos que ha copado la ex SIDE hace varios años. Todo con
la venia oficial del kirchnerismo.
A continuación, se ofrece una apretada síntesis de la historia
que Velázquez ha contado a este periodista y que es parte de la
obra que publicará en estos días.
La viveza criolla del espionaje
Mucho se ha hablado en todos los medios de la
existencia de una "Unidad de Inteligencia Irregular"
que, con el objetivo de conspirar políticamente, habría
realizado durante los últimos dos años la "interceptación"
de teléfonos celulares, mensajes de texto y correos electrónicos
de casi la totalidad de la clase política argentina, en una
maniobra que algunos analistas han catalogado como la mayor
operación de espionaje de la historia argentina, o como algunos
se han atrevido a denominarlo el Watergate sudamericano, lo
que terminó en una causa radicada por la propia Secretaria de
Inteligencia (ex SIDE) en el Juzgado Federal Nº 1 de San Isidro a
cargo de la jueza títere, Sandra Arroyo Salgado de Nisman y que
tendría como presuntos imputados de dicha "conspiración"
al ex jefe de la SIDE, Juan Bautista Yofre, al ex director de
contrainteligencia de la Policía de Seguridad Aeroportuaria (PSA)
Iván Germán Velázquez, al subdirector de la PSA Pablo
Carpintero, al ex secretario general del ejército Gral. Daniel
Reimundes y a los periodistas Héctor Alderete, Roberto García,
Edgar Mainhard, Darío Gallo y Fernando Ortíz Zabala, entre
otros.
Sin embargo, esa faceta que ha trascendido por -y a través de-
los medios oficialistas y que ya se ha transformado en cualquier
cosa fuera de lo que realmente es, tiene una arista oculta y con
una trama secreta que, no sólo es diametralmente opuesta de lo
que se trata de hacer trascender públicamente, sino que además
de involucra a funcionarios de todos los colores y jerarquías.
Tiene un comienzo tan antiguo como la caída de las Torres
Gemelas, en el marco del gobierno del entonces presidente de la
Nación, Fernando De La Rua.
Corría el año 1999, cuando desde la "Sala Patria" de
la ex SIDE ubicada entonces en la base de la calle Coronel Díaz,
se había formado -en conjunto con algunas agencias de
Inteligencia extranjeras tales como el BND alemán, la MOSSAD
israelí, la CIA norteamericana y el CESID (hoy CIN) español- una
especie de "mesa de trabajo" abocada al esfuerzo en
tareas de Reunión e Inteligencia en materia antiterrorista, que
estaba entonces conformada por agentes de la ex SIDE que habían
participado durante las tareas de Inteligencia sobre los atroces
atentados contra la embajada de Israel en Buenos Aires y la sede
de la mutual judía AMIA -cuya tarea era prever lo que algunos
dieron por llamar "la hipótesis del tercer atentado"-,
grupo que posteriormente se denominaría "Centauro" y
que dependería de la Dirección General de Contraterrorismo y
Contraproliferación -DGCNTRATER-. Este se encargaría del
monitoreo de probables actividades terroristas en la región, con
claro epicentro en las zonas de la Triple Frontera, Monte Caseros
y parte del Noroeste argentino.
Para estas tareas, hasta el momento nobles, como es el combate al
terrorismo y la investigación de los atentados contra
instituciones israelíes en la Republica Argentina, los ingenuos
servicios de inteligencia extranjeros -que desconocen la
idiosincrasia de los espías argentinos- habían donado todo tipo
de tecnología que iba desde micrófonos láser y microondas
Direccionales, teleobjetivos digitales de última generación,
valijas y escucha de telefonía celular analógica-digital, hasta
armamento -que finalmente no se concretó- y vehículos, por
aquellos días, último modelo.
En torno a este último obsequio, hay una anécdota que muestra a
las claras cómo se manejan algunos funcionarios argentinos: con
la excusa de una revisión del Plantel Automotor de la ex SIDE por
parte de los responsables de la Comisión Bicameral para el
seguimiento de las Actividades y Organismos de Inteligencia, un el
flamante Honda Civic color rojo fue a parar a manos de unos
de los senadores de esa comisión, con la excusa de una
"revisión técnica" a los talleres que la ex SIDE tiene
en un galpón sobre la Av. Montes de Oca. Ese legislador usaba el
vehículo para ir diariamente desde su departamento a lo de su
amante y ocasionalmente para cumplir con su concurrencia a la sede
legislativa que como Senador de la Nación le competía.
Desmadre total
En el año 2001 comenzó con la agitación
contestataria por parte de las "Organizaciones Sociales
Sindicales Territoriales y Combativas", catalogación que la
entonces SIDE había configurado para estructuras como la Central
de los Trabajadores Argentinos (CTA) liderada por Víctor
Degenaro, la Federación por la Tierra, la Vivienda y el Hábitat
(FTV) conducida por el entonces concejal del FREPASO Luis Ángel
D`Elía, la Corriente Clasista y Combativa (CCC) del mítico
Carlos Nolasco "perro" Santillán y su vertiente
territorial afiliada al Partido Comunista Revolucionario (PCR),
liderada por el matancero Juan Carlos Alderete, el Movimiento de
Desocupados de la CCC, entre otras tantas decenas de estas
organizaciones que iban multiplicándose conforme se agravaba la
situación social en el país y que bajo la excusa de
transformarse en un "amenaza a la seguridad interior al orden
constitucional" y a la "paz interior", comenzaron,
tanto ellas como sus dirigentes -bajo órdenes del Director de
Operaciones, Antonio Horacio Stiuso- seguidas, intervenidas e
infiltradas hasta el hartazgo.
Pero pese a todos los esfuerzos y órdenes de búsqueda y Reunión
de Información (O R., Orden de Reunión en la jerga de la
Inteligencia) que se emitían, los núcleos de estas estructuras
estaban conformadas por células impenetrables, lejos del alcance
de la infiltración por parte del factor humano y las escuchas
telefónicas sólo producían horas de material
"blanco", es decir, nulo y carente de valor como
información de Inteligencia. Por todos lados se había puesto un
alerta y se sabía -y palpaba en el aire- que el estallido social
era algo que iba a suceder de un momento a otro.
Para ese entonces, la casualidad juega su pase y uno de los
informantes que la ex SIDE mantenía dentro de la CCC del
"perro" Santillán, bajo el nombre de cobertura de
"Federico Carrasco", eleva en el mes de octubre a su
agente controlador Ignacio Gastón Vélez, nombre operativo del
entonces agente de la SIDE Iván Germán Velázquez, un parte
impreso que los manifestantes denominaban "plan de lucha
escalonado" que no era otra cosa que una hoja impresa desde
una computadora con el formato de una cuenta de e-mail, donde además
de detallarse todas las actividades que se tenían previstas para
el mes de octubre, contenía una dirección de correo electrónico
(cccmesafederal@cuidad.com.ar)
desde donde se impartían las órdenes hacia otras direcciones de
correo electrónico correspondientes a referentes barriales y
dirigentes políticos a lo largo y ancho de todo el territorio
nacional, en una maniobra cuasi militar de "pinza", que
cercaba todo el conurbano bonaerense en varios anillos hasta
confluir en la mismísima Plaza de Mayo. La orden de ese e mail
que incluía textualmente "apretar a Hugo Moyano para que
ponga guita y los micros" llevaba la firma de una tal
"Margarita" que no era otra persona que la responsable
de prensa de la CCC y miembro del PCR, Margarita Peñalillo.
Para ese entones, las presiones de Stiuso por información -que al
día de hoy no se sabe si la elevó al Poder Ejecutivo, ya que se
habría anticipado con información A1, el golpe institucional que
se gestaba, paso por paso- eran un fastidio y la base de Coronel Díaz
un hervidero de insultos; pero el parte de operaciones piquetero
había mostrado la cadena de mandos y el medio de transmisión
-hasta ese momento insólito para la propia ex SIDE- por el cual
circulaban tanto las ordenes como los informes de situación
inherentes a cada una de las mesas barriales o células
contestatarias: el correo electrónico.
El Proyecto Vampiro
El impreso con las direcciones de mails y el
plan de lucha que había recibido el jefe de departamento, Carlos
Bilbao -de manos de Velázquez-, había ido y vuelto tan rápido,
pasando por la Dirección de Análisis, que la reunión entre el
jefe de Departamento, el jefe de División, Javier Peyte, otro
agente de iniciales R.B. e Iván Velázquez en el primer piso del
bar "Bartolomeo" ubicado a pocas cuadras de la base de
Coronel Díaz, versó sólo y específicamente sobre una orden
directa de Stiuso: intervenir como sea -entiéndase: no
legalmente- todas las casillas de e-mail vinculadas al impreso en
cuestión.
Pese a los cambios que se produjeron en la Base motivados por los
celos de Stiuso y su pelea con los entonces Directores Patricio
Pfinnen y Víctor Ruiz por las disidencias entre las pistas sirias
e iraníes en torno al atentado a la AMIA, y que terminara con las
renuncias de estos dos últimos -y meses después del Jefe de
Departamento-, se decidió por orden de los nuevos mandos, esta
vez a cargo de los Jefes de Departamento y de División -la base,
por castigo de Stiuso para con Pfinnen y Ruiz, había perdido el
rango de "Dirección" para transformarse en un
"Departamento" y a depender de la Dirección de
Operaciones bajo órdenes directas de Stiuso- de las áreas 31 y
32 a cargo de Raúl Maytel y Alejandra Ravenna, darle curso
urgente a la interceptación de e-mails, con lo que se comenzó a
experimentar con técnicas de rootkits, fuerza bruta,
administradores remotos y técnicas avanzadas de clonación que más
tarde serían conocidas con el nombre de "Phishing" en
lo que se denominara "Proyecto Vampiro".
Luego se chequearon los servidores de la Base y ahí apareció la
paranoia de Jaime: como eran mantenidos por una empresa de origen
americana, la CIA eventualmente podía tener acceso remoto desde
el exterior, lo cual provocó que echara al personal de
mantenimiento perteneciente a esa empresa privada y se lo reemplazó
por una solución casera, el personal de confianza que tuviera
conocimientos de informática, en el más absoluto secreto y
operando sólo unas pocas personas. Por lo general los fines de
semana, cuando la totalidad del personal no estuviera presente,
especialmente los que no eran de confianza de Antonio Horacio
Stiuso; entre ellos los agentes Maximiliano La Regina, María Zoee
Ballarino, Alejandro Cutrin, Adriana Mazza, Ramos Mendoza, Carlos
Alberto Álvarez -esposo de Adriana Mazza-, Adriana Anselmo,
Susana Ianigro, y otros que, por el hecho de que de la noche a la
mañana se movió la cámara de seguridad del pasillo, fueran
trasladados o despedidos como Matilde Cárrega, Rodrigo Bonini,
Rolando Backering, Roberto Boujon y Fabián Campos entre otros. Ahí
se desarrollaron dos sistemas que al día de hoy siguen
interceptando las cuentas de correos electrónicos de toda la
dirigencia política argentina y de los países limítrofes, el
Interceptor Vampiro Activo o "I.V.A.N.", encargado de
atacar cuentas y servidores; y el sistema pasivo, encargado de
recibir los mensajes interceptados mediante un mecanismo man-in-the-middle
o "I.V.A.C", siglas de Interceptor Vampiro
Captor-pasivo.
Así empezó primero con el terrorismo, luego con una suerte de
asuntos internos -con la excusa de que se estaba filtrando
información- espiando a todos los agentes y ex agentes de la ex
SIDE. Uno de los primeros que culminó con una sanción fue el
caso de la ex agente Matilde Cárrega, quien desde su casilla
personal (doree007@hotmail.com)
envió un mensaje al foro del sitio SEPRIN donde criticaba a
Stiuso y a los virtuales jefes de la base de Coronel Díaz:
Alejandra y Raúl, lo que para ella terminara en un sumario. Hoy
quizás a través de esta investigación se esté enterando por qué
y cómo se la reprendió.
Lo propio se hizo contra Adriana Anselmo, de quien decían que
tenia HIV/SIDA y que hacía "macumbas", llegando incluso
hasta la persecución contra el mismo Pocino y Massino a quienes
se rastreaba a través de la cuenta de Silvia Cucovaz y de Susana
Mancusso de la base Billinghurst. A esta última además se la
mandaba a seguir con vehículos de Contrainteligencia a boliches
swingers, adonde concurría sobre la calle Anchorena en compañía
de Alberto D`eramo y José Villalba. Hay mucho aún sin contar
sobre -contra- el ex socio de Stiuso, Allan Bogado. Entre aquellos
que interesaban a Stiuso resaltaba un mail: (fronteranorte@arnet.com.ar)
de donde este decía que podía obtener data de la droga que
secuestraba la Gendarmería y los operativos que realizaban
"para tener a todos agarrados de las pelotas" -en
referencia a los altos mandos de la GNA-, mientras que por otro
lado jugaba a ser amigo del jefe de inteligencia de la GNA, Cte.
My. Jorge Tapia y su obstinada obsesión de ingresar a los mails
corporativos de la firma DATUM & WAYS.
Luego siguieron los jueces. Entre sus favoritos estaban Daniel
Rafecas y Raúl Zaffaroni, quienes tenían por ese entonces como
claves de sus correos ams..... y feu..... A este último, Stiuso
no se cansó de espiarlo junto a una de sus tantas parejas, el
periodista de Página/12, Cristian Alarcón Casanovas,
llegando incluso a comisionarle a Velázquez los seguimientos que
devinieron en encuentros sexuales, entre estos, uno en un hotel de
Mar del Plata y otro en Colombia donde -en ambas ocasiones- se los
filmó en situaciones privadas. Esos tapes, Velázquez jamás se
los entregó a Stiuso y eso terminó provocando una serie de
enfrentamientos e internas que, luego de que se ordenara espiar a
Daniel Santoro -de quien decía que es "un hijo de puta al
que voy a matar", junto con Héctor Magneto-, derivaron en
una pelea que terminó con la ex SIDE accediendo a las casillas
del propio CEO de Clarín. El escándalo fue tal, que
varios integrantes de esa base renunciaron en lo que culminó con
la publicación de intimidades de muchos políticos, entre los que
se encontraban Juan José Bautista Pampuro -que en ese entonces
era Ministro de Defensa-, de las intimidades del ex fiscal Pablo
Lanusse y otras personalidades. Este hecho fue conocido como el
"destape del 2006" (1).
No casualmente el 1º de mayo de 2006, por orden de Stiuso, se
trasladan los "vampiros" -que semanas antes tenían
siete "Eudoras" (programa similar al Outlook Express)-,
se destruyen los CD´s en trituradoras especiales y se cierra la
base Coronel Díaz, pero no sin que antes Velázquez se llevara
las únicas copias de los 6 años de archivos sobre las
"debilidades" de la clase política argentina, quedándose
Stiuso sin el preciado material con el que tenía pensado
extorsionar a diestra y siniestra; razón por la cual iniciara una
cacería feroz contra Velázquez.
Es dable mencionar que Velázquez fue quien provocó que se vetara
la norma promovida por Stiuso y Toma, conocida como "Ley Espía",
con la cual se pretendía espiar y almacenar las comunicaciones
telefónicas y conexiones a Internet de toda la población, lo que
incluía el registro de todos los sitios visitados por el usuario
como así también los chats mantenidos, obligando a las empresas
prestatarias de estos servicios a almacenarlas por un período de
10 años, en un negociado en el cual Stiuso, mediante su empresa y
"socios" pretendía ganar cientos de millones de dólares
suministrando a las empresas prestatarias los servicios de
telecomunicaciones, el asesoramiento técnico y los medios de
almacenamiento -o soporte magnético- donde este mega back-up iba
a ser almacenado. Todo a través de sus firmas, las cuales iban
ser concesionarias directas, en ese entonces Digital Tape y
American Tape, con sede en Buenos Aires y Miami. Finalmente
la "Ley Espia" fue vetada, Stiuso perdió millones, cerró
una base operativa y se quedó sin archivos para extorsionar a las
libertades individuales sin que nadie lo supiera.
Joaquín Pereira, Fernando Pocino, Stiuso y la PSA
En octubre de 2005, aunque ya Velázquez
prestaba asesoramiento en el área de Delitos Complejos de la PSA,
no es sino hasta mayo de 2006 cuando efectivamente se asimila como
oficial de esta recientemente creada fuerza de seguridad, luego
del escándalo de las valijas con droga a España, en el
controvertido affaire Southern Winds, pasando a colaborar
en la creación de lo que posteriormente sería el Área de
Contrainteligencia, sector encargado de las tareas que iban desde
Asuntos Internos hasta labores anticontrabando y antiterrorismo.
Sin embargo, los problemas recién comenzaban y un viejo conocido
de Velázquez cuando este revisto en las filas del Ejército
argentino, el Sub.My. Joaquín Conrado Pereira aparecía en escena
nuevamente, en esta ocasión en representación del mando
unificado de la SIDE -Pocino-Stiuso-Gobierno- a solicitar que se
autorizase a la ex SIDE a operar a los "vampiros" desde
el Aeropuerto Internacional de Ezeiza. A cambio, la ex SIDE
"no molestaría más". Esta vez, pese a la resistencia,
la orden era incondicional y las negativas las sostuvo durante un
tiempo hasta que la ex SIDE -por sus propios medios y con el
agente y parteneire de Stiuso en el negocio del contrabando
y el trafico de drogas, Alejandro Patricio, como representante de
la misma en la sede del Aeropuerto Internacional- logró su
cometido generando un juego del gato y el ratón que culminó con
persecuciones, hostigamientos y amenazas de proporción y tiroteos
que obligaron a que los integrantes de la Contrainteligencia de la
PSA se vieran obligados a cumplir trabajos sucios y
"favores", tanto al mismo Presidente -entonces Néstor
Kirchner- como a la ministra de Defensa, Nilda Garré, a quien, a
través de su secretario de Asuntos Militares de dicha cartera,
Germán Montenegro, solicitaba el "monitoreo" (eufemismo
para no decir "espiar") a personalidades como los
integrantes de la Unión de Promociones, pasando por la ex
funcionaria Andrea Prodan; sin contar el tener que hacer "los
pedidos" de la ex SIDE, que incluían a todo el orbe político
y hasta la propia casilla de Maximo Kirchner (unmitovivo@hotmail.com)
donde Stiuso tenía particular interés en las relaciones de este
con Walter Abarca y Rudy Ulloa Igor.
Pero la ex SIDE al parecer temía constantemente la inestabilidad
de Velázquez, quien ya en el 2006 había pateado el tablero por
la ilegalidad de las operaciones de la Secretaría. La primera
semana del mes de abril de 2008, alertado por ex-colegas de la
propia ex SIDE, le avisan que esa noche lo iban a secuestrar y
asesinar. Hasta ese momento, no existía ninguna causa penal
armada en su contra.
Un día más tarde -véase el diario Página/12 donde
Marcelo Sain diplomáticamente dice que Velázquez fue separado de
su cargo por "ir a increpar personalmente a un alto
funcionario de la SIDE"-, Velázquez junto a sus subalternos
entraron a punta de pistola a la "cueva" de la ex SIDE
en Ezeiza llevándose, a modo de seguro de vida y en una
camioneta, todo el material y archivos, así como equipos tecnológicos
que a la fecha permanecen ocultos en algún lugar del continente
cual "caja de pandora" a la espera de ser abiertos.
Semanas más tarde, Velázques sería acusado por el Gobierno
kirchnerista de espionaje a políticos, del intento fallido de
derrocamiento de Nilda Garré y de instigar el levantamiento del
campo contra el gobierno de CFK. Todo armado en un paquete por
Stiuso y Pocino y cocinado por la jueza-títere Sandra Arroyo
Salgado de Nisman.
Sin embargo, recurriendo al sentido común, surgen tantos
interrogantes que cabe hacer un alto para preguntarse:
1-¿Por qué a Velázquez se lo requiere en un pedido de extradición
por "presunta violación del articulo 222" y no por el
"allanamiento" y secuestro ilegal a una oficina de la
Secretaria de Inteligencia? convengamos que el muy
"ortodoxo" método de Velázquez y sus subalternos no
fue el más legal y convencional de un procedimiento.
2-¿Por qué la ex SIDE no radicó la denuncia por estos hechos?
¿O acaso no podía justificar legalmente lo que había en esas
computadoras?
3-¿Por qué la jueza esperó un término de 2 años para dar
comienzo a las pesquisas y demás actuaciones? ¿Acaso durante ese
período-ventana de 2 años Stiuso y Pocino se beneficiaron con
esa información? Porque, en ese caso, estamos ante un flagrante
caso de omisión de los deberes de funcionario público; en este
caso el de la jueza Arroyo Salgado de Nisman, que tenía la
obligación de haber denunciado el supuesto primer hecho delictivo
y no haber esperado un plazo de 2 años.
4-Cabe nuevamente preguntar: ¿Stiuso y Pocino se beneficiaron o
estaban involucrados desde el 2006 al 2008 con supuestas tareas de
espionaje realizadas ilegalmente por una unidad de Inteligencia?
¿Por qué la jueza omite escuchas comprometedoras con el propio
entorno presidencial y hasta con el propio Néstor Kirchner, como
lo fue cuando este pidió "chupar" ilegalmente el correo
electrónico laotrafaa@yahoo.com.ar,
desde donde se enviaba spam con fotos del piloto Tango 02,
desnudo junto a una lista de amantes homosexuales porque, según
decía, era el favorito de su esposa?
5-¿Por qué si según Velázquez se utilizaba tecnología y
equipos de la SI para las supuestas tareas de espionaje, esta no
denunció esa falta de equipos, máxime cuando estos están por
encima de los 100 mil dólares? ¿O no se denunció porque no
convenía a la SI, sabiendo que se complicaría con las
operaciones e interceptaciones que esta realizaba y realiza?
6-¿Donde está el proceso contra el suboficial del Ejército y
agente de la SI que interceptaba los mails, tanto desde la
comodidad de su casa en Caseros, como en los domicilios de sus
amantes en Palermo y Mar del Plata y reportaba a la SI a través
de la cuenta marianomejia32@gmail.com?
Reunión en Caballito Blanco
Corría mayo del 2006 cuando el entonces Sub.
Of. (R) y agente de la SI Joaquín Conrado Pereira, quien se
desempeñó en la ex Jefatura II de Inteligencia del ejército
argentino -quien se encuentra actualmente indagado por la ubicación
del cuerpo del mítico líder guerrillero erpiano, Roberto Mario
Santucho, junto a la causa de DD.HH, por las desapariciones de los
guerrilleros atacantes al RIM 3 Gral. Belgrano con asiento en la
Tablada, que según grabaciones él mismo delata que estuvo
involucrado en las ejecuciones y posterior desaparición de los
guerrilleros del MTP, Provenzano y Samojedny-, cuando, a raíz de
un colapso nervioso provocado por el cierre de la base conocida
como Coronel Díaz y el escándalo de la divulgación de mails
personales -que incluyeron a políticos, empresarios y
periodistas- fuera internado en el Hospital Militar Central,
haciendo un cuadro de preinfarto del que luego de recuperarse
promoviera en el un rotundo cambio.
Un día miércoles de ese mes, después de ser dado de alta, un
llamado telefónico efectuado por el Tcnl. Pablo Quiroga -íntimo
de Pocino y Pereira- le avisaba a primera hora de la mañana que
se preparara para encontrarse en horas del mediodía para almorzar
en la confitería Caballito Blanco ubicada en la esquina de
Sánchez de Bustamante y Alvear, a sólo 50 metros de la base
Billinghurst, con algunos de los jefes que querían hablar con él,
entre ellos el Director General de Reunión Interior, Fernando
Gonzalo Pocino; el Director de la base Billinghurst, Gustavo
"el mono" Quintana/Queirolo y la jefa de Departamento de
dicha base, Maria Fernanda Madina/Madeo; quienes degustando de una
entrada lo estaban esperando en una mesa.
Iniciada la conversación el punto era claro: la difusión de los
mails había partido de la SIDE de Stiuso y para proteger los
intereses corporativos de "La Casa", Pereira tenía que
inculpar a la Jefatura III de Inteligencia del ejército, en ese
entonces a cargo del Gral. Br. Osvaldo Montero -su antecesor, el
Gral. Br. Mauricio Fernández Funes "Fefu", era primo de
la jefa de Departamento de la base Billinghurst y a quien habían
invitado un par de meses antes a la base donde habían conversado
sobre que había que colaborar mutuamente y todas esas elocuentes
frases que los ingenuos se tragan antes de que los agentes de la
SI que carecen de códigos asesten la puñalada por la espalada-
quien llevaba unos pocos meses en el cargo; y de la palabra a la
acción al día siguiente de esa reunión, la Ministra de Defensa
Nilda Garré había solicitado al J2 -jefe de Inteligencia
militar- el listado secreto de todos los agentes de Inteligencia
del ejército argentino amenazando con allanar la propia jefatura
y Campo de Mayo en busca de equipos de interceptación de mails y
escuchas de telefonía celular de los que dicha institución
dispone.
Es así, ante esta embestida de la que el Ejército no tenía idea
a que se debía que el J2 imparte la orden de redoblar la guardia
perimetral del Área Militar de Campo Mayo con especial énfasis
en la entonces CRIM -Central de Reunión de Inteligencia Militar-
hoy denominada CIM, ante la sospecha de que agentes de la ex SIDE
se infiltrase en el perímetro y "plantaran" material a
los efectos de involucrar al Ejército en una maniobra totalmente
ajena al sólo fin de cubrir la espalda de la SI. Pero el
generalato astuto, previendo la jugada de algunos traidores dentro
de sus filas, durante la noche en que se trató el tema en una
reunión en el 7mo piso -como medida de seguridad- se dejó a
Pereira y Quiroga sin conocimiento de nada, ya que se sospechaba
que su tarea consistía en embarrar la cancha involucrando al Ejército
en un escándalo de -y armado por- la propia ex SIDE para salvar
su imagen. Sin embargo, Quiroga y Pereira se encontraban juntos
reunidos y en contacto permanente por Nextel con Fernando
Pocino, tratando de informarle a este último todo dato de interés
o novedad que pudiera obtener por parte del Ejército.
Pero, más allá de la tarea asignada por la SI, consistente en
involucrar al ejército en una sucia operación, Joaquín Pereira
tenía sus propios planes.
Casado en segundas nupcias, 6 hijos de varias relaciones y dos
amantes -una en Palermo de nombre Sara y otra en Mar del Plata de
nombre Alejandra Ibaldi-, llevaba un estilo de vida que no podía
sustentar bajo ningún punto de vista con su sueldo de suboficial
retirado rondando los 2.500 pesos y tenía su propio jueguito
personal del que le podría sacar provecho; en primer lugar,
desplazar al hombre mejor preparado intelectual y profesionalmente
para ocupar la jefatura de inteligencia del EA, el Coronel Juan
Carlos Martene, en ese entonces subjefe de Inteligencia militar; y
por otra parte "pasar a retiro" al Gr. Br. Osvaldo
Montero, para nombrar en su lugar con ayuda de la Ministra de
Defensa Nilda Garré, quien está ampliamente influenciada por
Pocino ya que una de las hijas de la ministra está en pareja con
este ultimo; a un hombre que sirviera a todos menos al propio Ejército,
hecho que se logró luego de una amplia campaña de desprestigio
contra Montero, nombrando en su lugar al actual Director de
Inteligencia Militar, Gral. Br. Cesar Santos Milani, íntimo amigo
de Pereira y con quien se jactaba de haber combatido juntos a la
guerrilla en Tucumán entre otras "tareas" -con lo cual
este pudo volver a tener un poco de respiro económico al volver a
recibir los sobres con dinero de los fondos reservados de la ahora
flamante Dirección de Inteligencia Militar- en tanto que la SI
sacó provecho al tener a alguien que constantemente o cenaba en
Puerto Madero o visitaba la base Billinghurst, a tomar café y
charlar con el íntimo amigo el Gral. Milani, el propio director
de la base con quien se conocían desde que este ultimo -"el
mono " Gustavo Quintana/ Queirolo- había hecho la colimba
teniendo al entonces Sub. Tte. Milani como instructor.
El paquete había cerrado perfecto. La Inteligencia militar se
encontraba ahora bajo las directivas de la ex SIDE a la espera de
hacer el trabajo sucio que esta última le ordenara. Ahora compartían
tareas y todo lo que se elevaba a la SI a través de diversas
cuentas y se centralizaban en marianomejia32@gmail.com
a cargo de Pereyra; todo era visto tanto por Milani como Garré,
Pocino y Stiuso. Sin embargo, ninguno de ellos fue imputado en la
causa armada por la ex SIDE y la jueza-titere Arroyo Salgado;
tampoco indagaron a Garré, quien tenía de manos de su Director
Nacional de Inteligencia Estrategica Militar (DNIEM) Carlos
Aquilar y del Secretario de Asuntos Militares, un IVAC
(Interceptor Vampiro Captor-pasivo) en dicha oficina desde donde
se seguían "chupando" todas las cuentas de la Unión de
Promociones y Militares entre las que se encontraban las del
propio Gral. Br. Montero (omontero@fibertel.com.ar
y osvaldomontero@hotmail.com)
las de la ex funcionaria de Garré que denunció una serie de
maniobras non sanctas por parte de la Ministra, Andrea
Prodan (andreaprodan@arnet.com.ar
y prodanf@hotmail.com)
y otro interceptor de la ex SIDE en Ezeiza que interceptaba al
propio director Nacional de Inteligencia Estratégica Militar a
través de su cuenta aguilarcarlosanibal@hotmail.com.
Todo ello generando un intenso tráfico de correos electrónicos
que iban desde diversas cuantas, centralizándose a marianomejia32@gmail.com.
O la jueza no ve todo este caudal de información o se habrá
transformado en inexistente, porque la Ministra de Defensa, además
del espionaje doméstico, había ordenado espiar a todos los países
limítrofes con énfasis en Chile y sólo dejó trascender el
cuento de ser víctima y culpar a aquellos que se negaron a
cumplir lo que denunció hace más de un año: que la ex SIDE venía
espiando a Alberto Fernández y Carlos Stornelli. Fernández, insólitamente
aseguró que hace unas semanas se enteró, alegando que no tenía
conocimiento de que el ex Director de Contrainteligencia de la PSA
Iván Germán Velázquez era funcionario del Estado argentino. Sin
embargo, si se busca por Internet, aparece su nombre junto al de
Pablo Carpintero y cuatro personas más que son nombradas bajo
decreto presidencial en un documento público que lleva la firma
del entonces presidente Néstor Kirchner, el entonces jefe de
gabinete Alberto Fernández y el ex Ministro del Interior Aníbal
Fernández.
Ahora, hasta donde se puede ver, la ex SIDE, a través de la
prensa oficialista y sus operadores conocidos, viene hablando de
una "banda de hackers". Sería interesante saber quiénes
son esos "hackers", porque hasta donde se ve y se sabe,
hay escritores, periodistas, un oficial Mayor y hasta el propio
Velázquez que estudió Ciencias Políticas... y ninguno, a
excepción del Stiuso, tiene una carrera en ingeniería en
sistemas, informática o telecomunicaciones; algo que, de ser
cierto, dejaría sin "partícipe necesario" a la causa
armada por la jueza-títere Sandra Arroyo Salgado.
También es irrisorio cuando se insiste en hablar de una
"banda de hackers integrada por ex agentes de
Inteligencia". Sería interesantísimo que la jueza explicara
cuáles son, dado que hasta el momento de la causa todos los
supuestos implicados eran oficiales en actividad y parte de una
estructura legal y gubernamental de Inteligencia y funcionarios de
una fuerza de seguridad bajo las ordenes del Ejecutivo ejerciendo
cargos como ser el Director y Subdirector de Contrainteligencia de
la PSA, en tanto que el resto, a excepción del Gral. Daniel
Reimundes, que fuera Secretario General del Ejército, son
periodistas. ¿Acaso estos "ex agentes existieron" o son
también como el terrorista iraní que el fiscal Alberto Nisman,
esposo de la jueza Arroyo Salgado, tiene guardado en un placard?
¿Realmente era como todo parece indicar, una unidad de
Inteligencia que fue presionada a realizar el trabajo sucio
ordenado desde la Presidencia a través de la dupla Stiuso-Pocino
hasta que ese sector dijo basta, se reveló y pasaron a ser
perseguidos, con una causa como "paraguas" armada por la
propia ex SIDE a través de "su jueza" Sandra Arroyo
Salgado?
Lo cierto es que hasta el día de hoy -y esto es gravísimo- se
siguen monitoreando los correos electrónicos de docenas de
dirigentes y funcionarios sin que nadie diga nada y sin que el
kirchnerismo haya advertido a estos la anómala situación. Uno de
los tantos, es el caso de Luis D'elía, quien aún conserva su
mismo correo y contraseña, lo cual permite a la SI controlar
todos sus movimientos. El kirchnerismo lo sabe, pero jamás se lo
hará saber, como hace con todos sus ministros y secretarios, a
quienes tiene bajo estricto control.
Concluyendo
Lo aquí relatado es una síntesis apretadísima
del libro que Iván Velázquez se apresta a publicar de manera
inminente, titulado "Inteligenci@: de la SIDE al
exilio". Allí, el ex Director de Contrainteligencia de la
PSA cuenta todas sus vivencias a lo largo de una década de
espionaje y operaciones clandestinas que van desde operaciones
contra el terrorismo hasta un tópico que apareció a partir del año
2002: aprietes, extorsiones y asesinatos.
Asimismo, la obra cuenta con listados de jueces y fiscales que
gozaban y gozan de la "cadena de la felicidad", esto es,
sobres con dinero que les paga la ex SIDE. También hay un
interesante listado de periodistas pagos al servicio de la SI.
"El libro incluirá un CD con fotos de todo tipo de
personalidades en situaciones comprometedoras y videos de cámaras
ocultas de funcionarios recibiendo coimas o paseando en sus autos
en horario nocturno por la zona roja, luego de salir de
reconocidos boliches porteños. Habrá infaltables escuchas telefónicas
que van desde amantes despechadas hasta actos puros de corrupción
y un dossier especial que incluye un informe secreto sobre los
fondos de Santa Cruz, la carpeta secreta sobre el matrimonio
Kirchner y otras perlitas que además de hacer que esta edición
se agote provocará la rotura masiva de molinetes del Aeropuerto
Internacional de Ezeiza", admitió Velázquez a este
periodista.
Por lo visto, se vienen días aciagos, no sólo para ciertos
funcionarios de la ex SIDE, sino también para el mismísimo
matrimonio presidencial.
(1)
Ver http://www.periodicotribuna.com.ar/Articulo.asp?Articulo=4078
(2)
Ver http://www.periodicotribuna.com.ar/Articulo.asp?Articulo=2225