VARGAS LLOSA, A PESAR DE ÉL MISMO por Alberto Buela (*) Hoy
le dieron los suecos, más precisamente la masonería sueca, el premio
nobel de literatura al peruano Vargas LLosa, y está bien que así sea. Se
lo negaron a Borges, no se lo dieron a Rulfo, no lo obtuvo Carpentier, ni
Lugones, ni Cortazar, ni Ibarburú, ni Céspedes, ni tantísimos otros
escritores de lengua española mil veces mejores que los últimos diez
premios nobeles de literatura: 2009:
Herta Mueller (Alemania), 2008: Jean-Marie Gustave Le Clezio, (Francia),
2007: Doris Lessing (GB), 2006: Orhan Pamuk (Turquía), 2005: Harold
Pinter, (GB), 2004: Elfriede Jelinek (Austria), 2003: J.M. Coetzee (Sudáfrica),
2002: Imre Kertesz (Hungría), 2001: V.S. Naipaul (GB), 2000: Gao Xingjian
(Francia), 1999: Gunter Grass (Alemania). Y
se lo dan a Vargas LLosa por liberal y masón. Y además escribe bien. La
paradoja estriba en que por el solo hecho de escribir en español o
castellano se transforma, incluso a pesar de él, en un disidente respecto
de la “producción de sentido” que las autoridades suecas quieren y
desean dar al dicho premio. No en vano de los últimos diez, al menos
cinco escriben y se expresan en inglés, idioma que la intelligensia
sueca ha adoptado desde hace medio siglo como propio. Vargas
LLosa apoltronado en Nueva York ha declarado en una extensa conferencia de
prensa que: siempre traté de
escribir lo mejor que puedo para la mayor
difusión del español…a los hispánicos de los Estados Unidos
les digo que se sientan orgullosos de su tradición cultural que hunde sus
raíces en Cervantes, Quevedo, Calderón y tantos otros. Estas
declaraciones que le nacen naturalmente a Vargas Llosa se producen por su
pertenencia al castellano y más allá de su formación ideológica, pues
son, a todas luces, políticamente incorrectas. En tal sentido quiero
traer a colación lo que me escribió hace unos días, un muy buen
investigador argentino en historia, el profesor Jorge
Bohdziewicz, observándome un artículo mío La
manipulación internacional del castellano, que: “Es
cierto y bueno lo que decís sobre la lengua castellana. Aquí tenemos un
ejemplo concreto de colonialismo lingüístico. En el Conicet,(equivalente
del Cesic español) institución que
conozco en detalle, tienen mayor calificación los artículos científicos
si se publican en revistas extranjeras y en idioma inglés. Son nuestros
evaluadores los que tratan de imponer esa norma, y a fe que lo logran. Ya
nadie quiere publicar en revistas científicas nacionales, que van
desapareciendo de a una. Los investigadores se desesperan por publicar en
revistas extranjeras de "alto impacto", que le dicen, porque
saben que de lo contrario corren el riesgo del rechazo de sus informes. En
cuanto a valor intrínseco del trabajo, poco importa. Nadie lee y todos
juzgan por el "soporte". (1) Este
premio de Vargas Llosa adquiere una significación geopolítica no
apreciada por los propios, pues desmiente el trabajo de zapa de todos los
centros académicos y de formación científica del mundo hispano hablante
que desplazan sistemáticamente el castellano como lengua de expresión
científica sin que medie pedido alguno para ello. Es un problema de
colonización lingüística emplazado de hecho en la cabeza de las
autoridades de los institutos y academias de formación científica. Hoy
se ha instalado en todo el mundo académico un sistema de “revistas con
referato internacional”, donde los referís se intercambian de unas
revistas a otras como aquel lema de los poetas bogotanos. “te leo si me
lees”. Además los informes académicos tienen que estar apoyados en
revistas “indexadas”, esto es, en revistas que figuran en el
nomenclador internacional de revistas y editoriales, quienes son las que
otorgan valuación positiva de los artículos publicados. Se produce así
un círculo hermenéutico que nos dice: un artículo escrito en castellano
es científico no por lo que dice, sostiene o prueba sino por el soporte técnico
que tiene(citas en inglés) y ese cúmulo de citas “indexadas” hace
que dichas revistas prestigien a dicho artículo, y no el juicio de los
pares como debería ser. La desmitificación de este andamiaje académico,
de esta impostura intelectual la
realizó, entre otros, Alan Sokal con su artículo sobre el uso embaucador
y farsante de las publicaciones sedicentes “científicas”. Así,
escribió un artículo en joda, lo logró publicar en una revista
“científica” con referato internacional y luego les dijo que eran
unos embaucadores. El
ejemplo académico más reciente que conozco es cuando hace un par de años
Cuando
el viejo Alejandro de Humbolt afirmó que los hablantes modelan la lengua
y la lengua modela la mente, y así cada idioma fomenta un esquema de
pensamiento y estructuras mentales propias realizando uno de los mayores
descubrimientos lingüísticos, nos permitió explicar apoyados en esta
premisa que una forma es pensar los clásicos en inglés y otra en español.
Nosotros, en tanto herederos directos y sin mediaciones de Grecia y Roma,
pensamos en función de un todo, de una totalidad de sentido, en tanto que
la mente estructurada por el inglés los ve en sus detalles. Ellos están
por así decirlo a ser siempre, especialistas de lo mínimo. Algo que, por
otra parte, caracteriza al pensamiento moderno. No
quiero acá detenerme en la evolución o involución de los estudios
aristotélicos, que es cuestión de enjundiosos especialistas, pero en líneas
generales puede decirse que se pasó de una visión del todo, a una visión
de las partes y cuando esta visión dividió hasta el infinito las mil
sutilezas encontradas, se perdió la visión del todo y hoy estamos como
“cuando vinimos de España: con una mano atrás y otra adelante”. De
esta tara se liberó la genuina literatura hispanoamericana que no imitó
y creó constantemente durante todo el siglo XX. Así el realismo mágico
y la novela histórica buscaron un anclaje siempre en la política como
arquitectónica de la sociedad y explicación última de lo que sucede con
nosotros en esta mundanal vida. Vargas
Llosa, a pesar de él mismo, se da cuenta de ello y en este hodierno
reportaje neoyorkino lo afirmó: la
literatura hispana tiene a la política como un elemento constitutivo. Y
es por ello, agregamos nosotros, que el ensayo es el género propio de la
expresión hispanoamericana donde el autor mezcla lo grande y lo pequeño
de manera personal y llega a conclusiones, enumera pruebas más que
detenerse en el método que convalida las pruebas. NOTAS (1) Carta personal del 30/9/10
CEES-
Centro de estudios estratégicos suramericanos UTN- Universidad tecnológica nacional
|