Una vergüenza. Es la única manera de calificar el fallo de la
Corte Suprema de Justicia que abre la puerta a la modificación de
la ley de estupefacientes -23.737- que el kirchnerismo intentará
aprobar en las próximas semanas -contra toda voluntad popular- y
que se refiere a la despenalización de estupefacientes.
En tal sentido, el máximo tribunal se pronunció hace apenas
minutos respecto a la causa "Arriola", en la que dos
vendedores de drogas fueron condenados mientras que cinco
consumidores quedaron a salvo de cualquier persecución penal.
Los jueces coincidieron en declarar la "inconstitucionalidad
de la pena de la tenencia para el consumo en privado",
argumentando que "se debe proteger la privacidad de las
personas adultas para decidir cuál es su conducta y, en el caso,
si desean tener o consumir drogas".
Un par de comentarios al respecto:
1-Lo que quiere despenalizarse -y a cuyos fines la Corte Suprema
acaba de abrir la puerta- es la tenencia de drogas, no el consumo,
que ya está despenalizado desde hace 20 años. No es inocente esa
omisión por parte de los funcionarios que hablan sobre este tema,
especialmente el jefe de Gabinete, Aníbal Fernández. Si se
dijera que el consumo ya es legal, se acabaría todo argumento
oficial.
2-La tenencia de estupefacientes beneficia al narcotráfico porque
permite mover pequeñas dosis de drogas de un lado a otro.
3-Todas las encuestas hechas sobre este tema -todas, sin excepción-
muestran un enorme rechazo popular a la idea de despenalizar la
tenencia de narcóticos.
4-La marihuana es altamente adictiva merced a la acción del THC
sobre el organismo humano y genera un elocuente deterioro no sólo
a la memoria sino también a la función cardiovascular. Asimismo,
está demostrado que uno de cada cuatro adictos, lo son a la
marihuana, por lo cual no puede hablarse de "consumo
eventual", término que tan irresponsablemente reiteran
funcionarios kirchneristas.
5-La marihuana es la puerta de entrada al consumo de otras drogas,
como la cocaína.
6-Los países que han abierto las puertas a la despenalización
están volviendo atrás con esa medida porque han comprobado que,
no sólo no es útil a la hora de reducir el tráfico de drogas,
sino que destruye el tejido social de una de las franjas
importantes de ciudadanos: los jóvenes.
Para tratar de entender por qué el
kirchnerismo avala la despenalización de drogas -a pesar de la
connotación negativa de la sociedad y del fracaso que ha
configurado la misma medida en otros países-, hay que posar la
mirada sobre los acuerdos non sanctos que se han refrendado
con ciertos grupos de poder, relacionados con el narcotráfico y
el lavado de dinero.
Son grupos que aportaron fuertes sumas de dinero para la campaña
de Cristina Kirchner y que exigen a cambio una serie de medidas
que trocarán el territorio argentino en un campo fértil para el
tráfico de estupefacientes.
Sobradamente se ha hablado al respecto desde Tribuna de
periodistas, mencionando la falta de radarización de las
fronteras, la ausencia de informatización de las aduanas del país,
la inexistencia de recurso de precursores químicos -la ley fue
frenada por Aníbal Fernández invocando cuestiones de
"derechos humanos"-, la destrucción de la Sedronar y la
vergonzosa ley de blanqueo de capitales. Son todas medidas hechas
a medida -y a pedido- de grupos foráneos que pusieron dinero para
la campaña de octubre de 2007 y que enriquecieron a un par de
ministros del gabinete K.
Lo que ha hecho la Corte Suprema en el día de la fecha es de una
gravedad inusitada, porque inicia el camino del tráfico de
drogas, el sicariato y la mafia en la Argentina.
En ese contexto, es sencillo predecir el futuro a mediano plazo:
habrá un fracaso total respecto a la despenalización y la
Argentina se convertirá en una nueva Colombia (1).
(1)
Hace 18 años este periodista auguró lo que hoy sucede en la
Argentina, advirtiendo que el menemismo abría las puertas al tráfico
de drogas y que debía combatirse de raíz. Tres de los libros
escritos por quien firma este artículo -e infinidad de artículos-
hablan de ello a las claras.