VOTOS BURLADOS por Seprin.com Una gravísima tendencia en la política argentina se ha convertido en una costumbre. Se sabe que lo consuetudinario puede llegar a convertirse en una norma obligatoria, pero cuando se defrauda la confianza de la ciudadanía es traición. La maniobra de Eduardo Lorenzo Borocotó, elegido diputado nacional por el partido político de Macri quien decidió unirse al bloque del Frente por la Victoria, fue la más resonante. Pero hay varias y para todos los gustos. El reciente caso de Alicia Kirchner es uno más de una lista de varios legisladores que despreciaron el mandato de las urnas y pasaron a cubrir cargos ejecutivos. Pese a que el gobierno K llegó a negar que eso ocurriría alguna vez, los casos de estafa de la voluntad popular son cada vez más debido a la práctica habitual de comprar voluntades por cargos. Hoy parece un hecho normal y corriente que un legislador abandone su banca para asumir otro cargo. Sin embargo, aquellos que quieren cumplir con el mandato popular encuentran piedras en el camino. Tal fue el caso de Luis Abelardo Patti quien no pudo asumir su banca en la Cámara de Diputados cuando se le impidió jurar como diputado, pese a la inconstitucionalidad de la medida y a que nadie puede subrogarse la voluntad del pueblo. Los diputados electos Jorge Taiana -quien pasó a ocupar un cargo en el Ministerio de Relaciones Exteriores- y Sergio Massa -cómodamente ubicado en la Anses-, el gobernador de La Rioja, Carlos Maza, que en las últimas elecciones compitió por un lugar en el Senado y, una vez que ganó, derrotando al ex presidente Carlos Menem, renunció a la banca y se mantuvo al frente de la provincia. Borocotización:
Diecisiete días después de haber sido elegido diputado por Propuesta
Republicana (PRO) y veinticuatro horas antes de una votación clave como
legislador, Eduardo Lorenzo, más conocido como "Borocotó",
saltó desde el partido de Mauricio Macri a las filas del kirchnerismo. Alberto Fernández: traicionó a sus votantes. Un comprobante de 1987 demuestra que Fernández recaudaba fondos para la fundación de Eduardo Varela Cid. Después fue cajero de las campañas de Duhalde y Kirchner… El
retorno de Alicia Kirchner al gabinete nacional, después de haber pedido
licencia en el Senado, tiene un objetivo muy claro: ubicar a alguien de su
más absoluta confianza en el manejo de un estratégico ministerio con un
presupuesto anual de 3500 millones de pesos, que en tiempos electorales es
una poderosa herramienta de captación de votos por medio de la ayuda
social y el asistencialismo. Este cambio ocurre, justamente, cuando
comienzan a producirse los primeros aprestos para las elecciones
presidenciales del año próximo.
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