ALCÁNTARA, RAVELLO Y MARINE

por Marcos Ghio


Y con esto espero ponerle coto final al largo debate en que me ha sumergido Eduardo Alcántara primero en el Foro Traditio et Revolutio y ahora en la página de Tsunami. 

Importante erudito y difusor del pensamiento evoliano en España, repentinamente, y sin que se le conocieran anteriores intereses especiales al respecto, ha empezado a elaborar largas notas de réplica a mis posturas sobre asuntos políticos influido a mi entender por dos cuestiones. La primera es que, siendo muy amigo de Enrique Ravello, ha manifestado varias veces que, al no tener tiempo aquel para responder a las críticas que le he formulado, varias de ellas en notas aparecidas en Tsunami, se encargaría él de hacerlo en su lugar. Y la segunda problemática es la emoción que le ha causado, y que no se cansa de manifestarlo, respecto de los seis millones de votos que sacó Marine Le Pen en las últimas elecciones. De allí que se haya convertido en un incondicional y fanático defensor de sus puntos de vista.

Es de destacar aquí lo siguiente: que Marine pudo progresar en su caudal electoral haciendo una serie de concesiones al sionismo. La primera ha sido mostrando por doquier que no es lo mismo que su papá, es decir que no cree que sea un fraude el holocausto y la segunda ha sido manifestarse como una incondicional antiislamista con la excusa trivial de que los musulmanes están islamizando a Europa, silenciando el hecho de que, previamente a ello, gracias a varios siglos de masonería, ésta ha dejado de ser cristiana y que el hecho de que estando las iglesias vacías al menos haya gente que va a las mezquitas significa algo positivo y útil pues es un signo de que la trascendencia no ha desaparecido del todo en un continente saturado de materialismo. 

Esto se traduce a su vez en posturas de franca hostilidad de Marine hacia distintas expresiones de tal contexto cultural, todo ello en clara coincidencia con el sionismo. Así, en relación al reciente movimiento de la Primavera Árabe, respecto de la cual, a diferencia de la izquierda que la ha apoyado masivamente, se ha cansado de efectuarnos alertas en relación a su islamismo radical latente, sumamente peligroso según ella y ‘contrario a la tradición europea’. Y al respecto hicimos notar lo curioso que significa hoy en día constatar cómo una líder de una pretendida derecha se manifiesta sin más a favor del Estado laico por contraste con el Islam que, fiel a su ortodoxia, considera que la religión debe informar la acción del gobernante. Principio éste perteneciente a nuestra más profunda tradición católica hoy totalmente ausente en Europa y curiosamente combatido con vigor por la ‘derechista’ Le Pen. Ello representa una coincidencia esencial con el sionismo. Para éste todo régimen fundamentalista islámico, sea sunita como chiíta, debe ser combatido y promovidos en cambio en su lugar Estados seculares que se entiendan bien con Israel, tales los casos de Mubarak, Ben Alí o aun el mismo Gaddafi en los últimos tiempos. Por ello mientras que la izquierda y el gaullismo pretenden que su país se retire de la guerra de Afganistán fijando fechas para ello, Hollande quiere que sea ahora mismo y Sarkozy, más favorable a Obama, lo pretende para el 2014, Marine en cambio no fija fecha para ello con el argumento de que el país aun ‘no fue normalizado’, es decir carece de un gobierno estable que favorezca a los intereses de ‘Europa’, es decir del sionismo.

A todo esto Alcántara que es Evoliano y que por lo tanto no puede sostener un Estado laico como forma de contraponerse al Islam, sin embargo cumple con su función de antiislamista afín a Marine con otros argumentos que son también de desprestigio de la religiosidad de tal contexto cultural.

Así acabamos de leer en el texto que nos envía cosas realmente hiperbólicas. Según él los grandes mártires de la religión musulmana serían psicópatas sexuales, es decir personas que se inmolarían, según sus palabras textuales, para gozar de estados de ‘erección eterna’ y quiere contrastarnos ello con la figura de José Antonio que habría hablado en cambio de un paraíso ajeno a cualquier tipo de sensualidad. Esto es falso totalmente y forma parte de la campaña de desprestigio que con argumentos dispares sea Marine, como Ravello o el mismo Alcántara lanzan en contra del Islam, las que nosotros debemos refutar totalmente. Basta tan sólo escuchar los videos propalados por los mártires afganos antes de inmolarse en contra de las fuerzas invasoras de la Otan para darse cuenta de que el sentido de su acción no tiene nada que ver con lo que Alcántara manifiesta en una actitud provocadora de burda difamación. Allí se habla de patria, de Cielo, de Dios, pero nada de sexualidad como él dice, la que por otro lado en una sociedad rigurosamente islámica, distinta del destape que hoy vive Europa, es remitida exclusivamente al matrimonio del mismo modo que en la más estricta civilización católica. Ahora bien, si nuestro autor pretende referirse en forma freudiana a las intenciones ocultas que motivarían a los mártires y santos en su accionar, le queremos hacer notar que, aun aceptando la existencia de ese punto de vista que indudablemente no es el nuestro, no habría que hacer discriminaciones racistas y referir tales traumas solamente a semitas o a camitas y no a pretendidos indoeuropeos como el caso que él reivindica de José Antonio, pues una neurosis le puede pasar a cualquiera de la raza que fuere.

Dejamos sin contestar todo lo demás de su larga nota pues es tema del foro Traditio et Revolutio adonde remitimos a los interesados y en el cual venimos efectuando las distintas respuestas.